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La frase de Eduardo López Sendino quizá es el mejor resumen de la situación que vive la UPL: «cuando lleguemos al río veremos cómo lo atravesamos». Con esa actitud de nadar entre dos aguas se mantiene el leonesismo político mientras en las convocatorias electorales vuelve a perder fuelle. Actúa como la muleta de José Antonio Diez (PSOE), al que hizo alcalde de León, pero a la vez intenta exhibir gestos para mantener las distancias, en un complejo equilibrio que les vacía el discurso. Ayer llegó el penúltimo episodio a cuenta del contrato de los autobuses, alegando que debe ser un servicio público. Pero exhibe sus contradicciones al respaldar a un alcalde que parece dispuesto a pasar a la historia con un récord de privatizaciones a pesar de lo que defendía cuando estaba en la oposición.