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La economía de la provincia de León tiene serios problemas de sostenibilidad. Parece innegable, entre otras cosas, por la terrible tendencia al envejecimiento que impide el relevo generacional en el mundo laboral. La emigración, que ya era muy notable hace un siglo con Sudamérica como destino, sigue siendo el recurso más factible para los que quieren progresar. León no facilita posibilidades a las personas formadas y parece que tampoco oferta puestos con unas condiciones tentadoras en materia salarial o de horarios. Eso se ha convertido en un problema real para sectores como la hostelería o la sanidad, que no encuentran personas dispuestas a asumir los puestos. Ahí parece claro que existe una medicina frente a los síntomas y que pasa por facilitar condiciones atractivas para los jóvenes. El otro frente abierto se basa en la capacitación y ahí también parece factible mejorar las cosas. Sería interesante que se haga realidad ese objetivo tantas veces proclamado de reajustar la educación a las posibilidades reales del mercado de trabajo.