Una Justicia que es cada día más injusta

Llevamos demasiados años escuchando compromisos y planes de acción en la Justicia que la realidad prueba que han sido ineficaces. En mayo de 2001 se firmó un Pacto de Estado para su actualización entre PSOE y PP. En ese momento ya se consideraba inaceptable la situación. Ha pasado casi un cuarto de siglo desde entonces y el balance arroja más sombras. Los juzgados y audiencias siguen atascados, generando unos retrasos que impiden que sus decisiones sean justas al no decidirse con unos tiempos que sean razonables. Y la estructura en sí, el prestigio de ese poder tan fundamental en una Democracia, ha sido seriamente dañado por las acciones de los propios partidos, que lo han cuestionado y utilizado de manera torticera. Ahora, se plantea la necesidad de que se actúe en varios frentes. Hay que reforzarlo y mejorar sus estructuras para agilizar las decisiones. Y también trabajar para devolverle el respeto que merece.