El sueño de Villafranca debe aprovecharse con el esfuerzo de todos

Pocos lugares han perseguido durante tanto tiempo el sueño de acoger una fase de Las Edades del Hombre. Villafranca del Bierzo intentaba hacer valer sus credenciales avaladas por su relevancia histórica y patrimonial, por su papel único en el Camino de Santiago con su Puerta del Perdón, y por esa vitalidad cultural que quizá se ha ido apagando en los últimos tiempos. El rey Felipe VI dio ayer el máximo esplendor posible al acontecimiento más esperado y con el que se volcaron los villafranquinos. La exposición de Las Edades del Hombre brilla con luz propia por la notable selección de piezas para mostrar a los visitantes todos los aspectos del espíritu que marca esta edición y que tiene precisamente a Villafranca como un lugar ejemplar, esa Hospitalitas que se hace realidad cada día desde hace siglos a lo largo de la Ruta hacia Compostela. La histórica villa berciana aspira a hacer valer esa acogida a todos los que se acerquen a contemplar la magna exposición que comparten la Colegiata de Santa María y la iglesia de Santiago, punto emblemático del Camino. La posibilidad de cohabitar también con la propia ciudad gallega, y la Catedral que acoge el sepulcro del apóstol, supone igualmente una plataforma inmejorable para poder elevar a la categoría mundial el renombre de estas Edades que pasan de sueño a realidad.

Villafranca, toda la comarca berciana, la provincia y, en general, la autonomía tienen una buena oportunidad durante los próximos meses para promocionarse tanto a nivel nacional como internacional como lugares con un patrimonio excepcional. León es la provincia con más kilómetros del Camino y la Comunidad también dispone del récord español. Ese protagonismo jacobeo debe impulsarse en un momento en el que se baten nuevos máximos de caminantes pero también de otras formas de viaje turístico a Compostela que este verano llenarán de vida un poco más si cabe los pueblos de la ruta hacia la tumba de Santiago.

Sumar esfuerzos y avanzar con solidaridad forman parte de la identidad jacobea, y sería la mejor fórmula para universalizar unas Edades villafranquinas que, como augura su alcalde Anderson Batista, deben cambiar el futuro de esta localidad para dotarla de una vitalidad recuperada.