Vida activa para los pueblos
La pérdida de actividad a medida que hacía mella el éxodo rural ha condenado a los habitantes de incontables pueblos a carecer de servicios fundamentales. Un asunto que perjudica a esos últimos vecinos de las localidades pequeñas, acrecentando su aislamiento, es la ausencia de bares. La pérdida de población ha provocado que económicamente sea muy complicado su mantenimiento. La queja es conocida y también la demanda de fórmulas de respaldo como se han puesto en marcha frente a otros déficits como con los bancos o las farmacias. La Consejería de Presidencia pone en marcha una línea de ayudas para que los bares, como centros de ocio y convivencia, sigan abiertos. Se destinarán a las localidades de menos de 200 habitantes, con prioridad para las que no lleguen al centenar.