La montaña no es un rocódromo de barrio
El último rescate espeleológico realizado este último fin de semana en Cantabria ha llevado a su gobierno a investigar si se trata de una imprudencia que hay que cobrar. No se sabe aún si es el caso, pero León conoce muy de cerca cómo acaban las tragedias en la montaña. El disfrute de la naturaleza es uno de los mejores medicamentos para el alma. Cada día lo sabe más gente. Pero también cada día son muchos más los que se toman esta aventura como un rocódromo de barrio. No. No puede ser así. Los guardias civiles no deben rescatar a un octogenario cansado en la Ruta del Cares ni deberían ir detrás de los que bajan las montañas creyéndose rebecos. Aquí ya no se trata de pagar la imprudencia. Porque las imprudencias a veces se pagan con vidas. Y siempre son los mejores los que pierden la suya para salvar las de los demás en acto de servicio. Cordura y casco antes de echarse al monte.