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Sorprenden las estadísticas que prueban el claro fracaso de las campañas de concienciación que se ponen en marcha sobre múltiples asuntos. Entre ellos, por su relevancia, resulta preocupante que los ciudadanos mantengan actuaciones irresponsables sobre su salud. Los reiterados avisos de expertos de que se eviten las consultas en internet no son atendidos. Ni para hacer falsos autodiagnósticos, ni tampoco para buscar medicamentos —de todo tipo— con los que perseguir una inmediatez ante un posible mal —que no siempre es tal— guiándose incluso de influencers , que no dejan de ser algo parecido a aquellos vendedores de crecepelos que recorrían antiguamente las ferias. La respuesta ante las esperas médicas no puede consistir en acudir al ordenador o al teléfono móvil. Eso es literalmente jugar a la ruleta rusa con la salud. En internet, sobre sanidad, sí que es cierto que hay todo tipo de bulos y incorrecciones, muchas veces en falsas páginas web médicas, que sólo sirven para generar más confusión en la ciudadanía.