El reto de acabar con la economía ‘fake’

Las estadísticas españolas precisan en los asuntos económicos una ‘cocina’ con la que paliar la ingente porción que corresponde a todo lo ‘sumergido’. Hay un movimiento económico en ‘b’ que supone un fraude para todos los ciudadanos, ya que las trampas al final lo que persiguen es evitar el pago de impuestos, esos con los que se financian los bienes y servicios de los que disfrutamos todos los ciudadanos. Un asunto en el que se emplea a fondo el Estado, en los últimos tiempos, es en la Inspección de Trabajo. La llegada del fenómeno de la inmigración ha disparado todas las alarmas, aunque el problema viene de antiguo. Esa actividad sumergida, que tanto movimiento económico tiene, incluye también el empleo de mano de obra que no está legalizada, con el consiguiente abuso sobre unos trabajadores que se ven privados de todos los derechos. El dato de que se hayan localizado otros 800 empleados sumergidos hace evidente un conflicto social al que la sociedad está obligada a dar una respuesta contundente y eficaz.