Labor callada y eficaz con chicos
Las familias de acogida realizan una labor evidente en el corto plazo. Abren literalmente las puertas de sus hogares para dar una oportunidad a chavales que, por diferentes razones, tienen que dejar de convivir con sus padres. Se trata de algo temporal, siempre, pero en muchos casos se genera algo así como una segunda oportunidad para que esos chicos y chicas perciban la posibilidad de afrontar la vida con esperanza y de otra forma distinta a la que han conocido. En muchas ocasiones ese trabajo rinde frutos también en el largo plazo. A día de hoy, se precisan más personas involucradas en una labor callada que resulta muy eficaz. Hay 70 chicos residiendo de manera temporal en casas. Pero hay otros 30 que esperan que un hogar les abra sus puertas mientras residen en centros de la Junta.