Perjuicio a todos en las consultas
El balance sobre las consultas médicas perdidas es desolador. Supone un desperdicio de tiempo de los médicos que automáticamente genera mayores esperas para otros pacientes. El conflicto tiene lecturas complejas. Por una parte, parece claro que es precisamente el propio retraso con el que se convoca a los demandantes de consultas el que les desincentiva que acudan. Pero también cabe la queja y la crítica hacia esas personas, que no se esfuerzan en cancelar esas convocatorias que podrían ser usadas por otras personas. Parece claro que la sanidad sufre problemas estructurales en materia de tiempos que requieren medidas alternativas. En pleno siglo XXI sería interesante que la tecnología fuese ganando terreno aunque al final todo pende en realidad de la disponibilidad de suficientes médicos.