Atlántico, corredor de la muerte...
Los datos ponen en claro el diferente trato que existe hacia los principales ejes de desarrollo ferroviario en España. Cuando la Unión Europea prioriza la promoción del tren en sus planes de futuro, resulta totalmente injusto que determinados territorios acaparen las inversiones que les harán ser más competitivos mientras otros se ven condenados a un arrinconamiento que tendrá resultados terribles en un futuro no tan lejano. El problema es conocido, se ha denunciado largamente desde las provincias del noroeste, y en general de todo el oeste, incluso en autonomías gobernadas por el PSOE. Pero se desoyen las reclamaciones y, lo que resulta más insultante, se defiende que existe igualdad entre el Corredor Atlántico y el del Mediterráneo en un ejercicio máximo de cinismo a golpe de mentira.