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La entrada en vigor de los anunciados descuentos en el peaje que pagan los conductores en la autopista que comunica León con Asturias es una excelente noticia para los usuarios habituales. Recorta los gastos para un buen número de personas que se ven obligadas a viajar entre dos territorios que mantienen unos lazos muy estrechos. Pero lo cierto es que estos descuentos, en una vía que resulta muy cara, no llegan a todos.

El peaje en la AP-66 es si cabe más injusto por afectar a territorios con problemas graves de falta de desarrollo. Supone la alternativa razonable para un puerto complicado y que plantea serios riesgos para los conductores, especialmente cuando la nieve alcanza los montes de Pajares. Por eso, y más después de tantas promesas políticas incumplidas, la reivindicación de León, y también del Principado, no puede ser otra que la supresión de una vez por todas del pago por viajar. En otros territorios están caducando los peajes, precisamente porque en su día fueron privilegiados al tener antes esas vías de tráfico rápido.