Un buen Presupuesto que decide la legislatura y retratará a los partidos
Alfonso Fernández Mañueco, tan amigo de los órdagos, ha puesto sobre la mesa un proyecto atractivo de Presupuestos 2025 para Castilla y León. Dependiendo del prisma, se percibe una situación que se mueve entre lo posible y lo probable, abriendo un abanico de opciones de futuro que se decidirán en función de la actitud mostrada por los diferentes partidos.
Al inicio de este mandato, tras las elecciones anticipadas por los movimientos de Ciudadanos, llegó un pacto con Vox que en estos momentos está roto y deja al PP de Mañueco en minoría. Las cuentas de escaños en las Cortes no facilitan muchas alternativas y el proyecto de Presupuestos queda a la espera de recibir apoyos. Si salen adelante se facilitará al ejecutivo popular un horizonte más lejano. Aunque la vuelta a las urnas siempre será una alternativa real.
Probablemente sería un error intentar elucubrar a estas alturas si este borrador lanzado por la Junta llegará a aprobarse con publicación en el Boletín. En política cada día sale el Sol e incluso se generan pactos, como el vivido este año en Ponferrada, con un PSOE apostando por ayudar al PP con sus cuentas para evitar que tuviese que mirar hacia el lado más extremo de la derecha recabando respaldos.
De momento, con la gran incertidumbre de si se aprobarán estos Presupuestos, su análisis debe percibirse en positivo para la provincia leonesa. La palabra clave sería industrialización. Ese déficit tantas veces denunciado encuentra respuesta en un proyecto de inversiones que tiene en Villadangos del Páramo, el Tecnológico de León y en Cubillos del Sil grandes compromisos económicos para impulsar su desarrollo. Los dos primeros enclaves han probado su solvencia y su capacidad para captar empresas, por lo que se requiere acentuar su impulso, mientras que El Bayo sigue a la espera de una puesta en valor que le dote de una vitalidad imprescindible para El Bierzo.
En campos como los regadíos o en la energía, con las redes de calor, se sientan las bases para hacer realidad compromisos que se han ido ideando en los últimos años.
Ahora toca diálogo. De la disposición política dependerá que no se pierda un año para mejorar el futuro de todos.