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El Ayuntamiento de Sabero quiere albergar un Centro de Investigación sobre la Biología de la Cordillera Cantábrica. Una iniciativa novedosa que simboliza de algún modo la necesaria transición de la vieja minería hacia esa naturaleza que debe servir de elemento revitalizador para la montaña. Precisamente se apuesta como sede para este centro por el viejo complejo minero Herrera I. Aprovechando unas naves abandonadas, se habilitará un centro de investigación y académico, siguiendo la estela de algunas estaciones biológicas ya existentes en España, en otros lugares de singular valor como pueden ser Doñana o los Pirineos. Ahora, la viabilidad y el alcance de este centro queda en manos de la capacidad de las instituciones para apostar de una vez por todas por Sabero, para cumplir aquel viejo compromiso de compensar al que fue el primer territorio castigado con el final del carbón.