La nube europea de Zapatero
Panorama | cayetano gonzález
S uele decirse y se ajusta bastante a la realidad de los hechos, que los Presidentes del Gobierno de España han caído en la tentación de, tras unos primeros años muy volcados en la política interior, dedicar sus mejores energías a partir del cuarto o quinto año de su mandato a viajar y ocuparse prioritariamente de cuestiones de política exterior. A Suárez casi no le dio tiempo de hacer eso, aparte de que no sentía una atracción especial por la política internacional, pero si a Felipe González y a José María Aznar. Zapatero va por el mismo camino. A estas alturas del año que acaba de comenzar, quizá haya todavía algún «despistado» que no sepa que España ocupa durante este primer semestre del 2010 la presidencia rotatoria de la Unión Europea y que corresponde al presidente del Gobierno asumir en primera persona esa responsabilidad. Durante seis meses seis, Zapatero va a estar subido a esa nube europea que abarca reuniones, cumbres y saraos de todo tipo, y que le servirá al presidente de escaparate internacional.
Otra cosa es que este tipo de acciones sirvan para algo mas que para sacar un poco de brillo y de lustro al personaje que por otra parte no pasa por sus mejores momentos de popularidad. Aunque no todo el protagonismo será para Zapatero, ya que tendrá que compartirlo con el recién elegido presidente permanente del Consejo de Europa, el belga Herman Van Rompuy y con la nueva responsable de Asuntos Exteriores y de Seguridad de la Unión Europea, la británica Catherine Ashton. En su primera declaración institucional como presidente de la Unión, Zapatero ha dicho que su objetivo prioritario será sacar a Europa de la crisis. Y se ha quedado tan ancho. Lo ha dicho el presidente de un país, España, con la tasa de paro más alta, el 18%, de ese entorno geográfico que va a presidir el actual inquilino de La Moncloa. Lo ha dicho quien acaba de reconocer que fue un error no llamar en su momento a las cosas por su nombre; es decir, quien se negó a reconocer públicamente hace sólo unos meses que estábamos en una profunda crisis económica. Lo ha dicho alguien cuyo prestigio internacional está seriamente tocado, precisamente por la falta de solvencia y rigor en la forma que su Gobierno está afrontando dicha crisis.
Zapatero no es tonto y sabe que estos seis meses de presidencia de la Unión pasarán en un abrir y cerrar de ojos. Sabe además que los problemas que tenemos en España seguirán y en algún caso se agravarán. Sabe, lo ha reconocido recientemente, que el desempleo seguirá creciendo y que es probable que se llegue en este año a la tremenda cifra de cinco millones de parados. Sabe que nuestro país no se empezará a recuperar de la crisis hasta bien entrado el 2011 y que las encuestas reflejan un serio desgaste personal y político. Pero a pesar de saber esto y mucho más, Zapatero está encantado co n esta presidencia europea. Los políticos son así. Ya llegará el uno de julio y entonces tendrá que bajarse de la nube.