Falacias
Al margen | luis del val
En el año 2007, en la planta de un edificio de una ciudad española, vivían cuatro familias. Había una persona en el paro y trabajaban nueve. Al llegar la crisis del 2008, el parado siguió sin encontrar trabajo y lo perdieron otras cuatro personas, con lo que sumaban cinco parados y otras cinco personas que conservaban sus puestos de trabajo. Ante esta situación, el economista hizo un estudio de las cuatro familias y dictaminó que se notaba la desaceleración creciente del empleo y el crecimiento acelerado de las rentas negativas, dicho sea con sus palabras, o sea, que la situación estaba jodida. En el año 2009, a juicio de las familias, no hubo ninguna mejora, y, al contrario, perdieron el trabajo otras tres personas más, con lo que en la planta de ese edificio las cuatro familias sumaban ocho parados y dos personas con trabajo. Volvió el economista a analizar el escenario y se mostró muy satisfecho, porque si en el 2008 se habían producido cuatro despidos, pero en el 2009 la cifra había bajado a tres, se notaba que la situación mejoraba.
Las familias no entendían nada. Más aún, en estos primeros días de 2010 temen que el año que acaba de comenzar se salde con la pérdida del empleo de las dos únicas personas que trabajan, y que venga el economista y les demuestre que si en 2008 hubo cuatro parados, en el 2009 tres, y en el 2010 sólo dos, les comunique con una gran satisfacción que las cosas se nota que están corrigiendo. Las familias, compuesta por personas honradas y honestas, pero sin conocimientos de Economía, es muy posible que no lo entiendan. El drama que tienen los altos funcionarios del ministerio de Economía es que nuestra falta de conocimientos de ciencia económica no está a su altura. Debe ser terrible esa frustración. Les comprendo. Les comprendo la frustración. Lo del desempleo, en cambio, me parece una falacia, debido a mi ignorancia.