Cuestión de confianza
El rincón | manuel alcántara
La tesitura española es errar, sin hache, o quitar los Bancos, con mayúscula. Sabemos que pasan por un momento difícil, del mismo modo que sabemos que el que atraviesa mucha gente es imposible. Gracias al señor Caruana, ex gobernador del Banco de España y actual director del BPI, tampoco ignoramos que las Cajas de Ahorro españolas se preparan con cantimploras de lágrimas para una travesía del desierto que durará unos cinco años, trimestre más o menos. Han resurgido «los riesgos financieros excesivos» y la fatal consecuencia es que somos el país europeo que ha experimentado el mayor descenso en ese invisible caudal que llamamos «confianza». La verdad es que para confiar, palabra que el diccionario define como «esperar con firmeza y seguridad» en alguien, habría que haber sustituido a ciertas gentes por otras. Cuando Bertolt Brecht dijo que sólo había una cosa peor que atracar un banco, que era fundar un banco, no tuvo en cuenta que existe una tercera de superior malignidad: cerrarla a piedra y lodo, sobre todo a lodo. Aceptar el sistema capitalista y al mismo tiempo impedir que el capital fluya no deja de ser una cosa curiosa. Es distinto alertar de las conductas agresivas del dinero y otra prohibirle que dé un solo paso al frente. El lema es que no se mueva ni un solo euro, aunque se siga sufriendo el baile de San Vito en el mundo laboral y UGT denuncie retrasos de seis meses en el pago del paro a afectados por ERE. No lo entiende nadie y el señor Caruana tampoco, pero él al menos, sabe lo que n os espera y ha augurado cinco años de recuperación y propone una cumbre, donde hará mucho frío. Personalmente no me afectará la climatología bursátil.