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la opinión del lector (I)

Necesidad e ideología

Publicado por
José Tomás Cruz Varela.
León

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Si tal como afirma Rodríguez Zapatero, su «ideología» le impide pactar la salida de la crisis, los españoles, tampoco podemos permitirnos el continuar hundiéndonos en el fango del paro, así que, con todo respeto y delicadeza le agradeceríamos se guardase su ideología donde mejor entienda... Seguir negándose a impulsar una reforma laboral que genere la creación de puestos de trabajo fijos, demuestra una memez rayana en lo supino. El problema de ZP, o uno de ellos, es que le supera su absurdo orgullo, carece de formación y la información que recibe de sus cientos de asesores no es válida, o «pasa» de ella. Son ya muchos los políticos del PSOE que en voz baja (por temor a perder sus canonjías), critican la forma de gobernar del presidente, pero también conocen que la más mínima crítica o disidencia les supondría el cese inmediato. Zapatero conocía perfectamente la existencia de la crisis y su virulencia, si bien, una vez más, faltó a la verdad descaradamente por estar en aquella época en plena campaña electoral. Como en ocasiones anteriores, su instinto cobarde le perdió. La negativa a alcanzar un «Pacto de Estado» con la oposición fue un error tremendo ya que el argumentar «razones ideológicas», no deja de ser una pamema más a las que ya nos tiene acostumbrados. Sigue actuando al dictado de ese «oscuro y sectario grupo que nos gobierna» y así nos va... Nuestro particular prometedor de La Moncloa, nuevamente se deja llevar por ese cargante e injustificado optimismo del que le acusan múltiples organismos nacionales e internacionales. Un déficit de 100.000 millones de euros sería insufrible. Zapatero evita todo roce o enfrentamiento con los sindicatos. La sombra de convocatoria de una huelga general le causa pavor, si bien nunca estuvo más justificada que en estos momentos. Tal situación le obliga a seguir incrementando las subvenciones que cíclicamente vienen recibiendo los llamados sindicatos de clase CC.OO. y UGT, disfrazando dichas dádivas con el «dogma de la izquierda» que lo cubre todo. Auténtico amarillismo sindical. El pretender seguir sofronizando a la ciudadanía con el mantra de la «Economía Sostenible» ya está demasiado gastado por mucho que lo defienda el adalid de aquella superchería bautizada con el pomposo título de «La Alianza de las Civilizaciones». Que no cunda el pánico.

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