LETRA PEQUEÑA
Impotencia
Nadie parece capaz de describir el apocalipsis que se vive en Haití, pero el presidente del martirizado país caribeño en el que estos días pone sus ojos el mundo, René Préval, a salvo milagrosamente de los efectos del brutal terremoto, ha constatado que «todos somos damnificados». Porque donde la catástrofe humanitaria roza lo infernal es en la constatación de que el pueblo haitiano no dispone de las fuerzas y los medios para ayudarse a sí mismo y que debe confiar la recuperación de sus muertos y la cura de sus heridos a la solidaridad internacional. La ayuda internacional está siendo generosa y actuando con ese propósitos de resolver la situación crítica de muchos ciudadanos del mundo, generalmente olvidados en muchos países desafortunados y con dirigentes muy inconvenientes.