Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Nubes y claros | maría j. muñiz

Al final se está demostrando que Pepiño tiene más peligro que Julián Muñoz jugando al Monopoly. Sabíamos de sus habilidades para el tejemaneje político, de su bien dotada capacidad para el intríngulis y de lo afilada de su lengua. Pero no teníamos ni idea de que iba a ser capaz de echarle un pulso a los mismísimos controladores aéreos, esos intocables profesionales especialistas en chafar las vacaciones y los puentes al más pintado; que deben tener barra libre en los bares y restaurantes de los aeropuertos a cuenta de las muchas y desesperadas consumiciones que han provocado sus protestas.

El ministro de Fomento les ha dado donde más les duele: ha hecho público lo que ganan. Y pocas cosas despiertan más antipatías. Es lo que tiene la envidia cochina. Además, con este golpe de mano Pepiño se ha ganado en un plis plas lo que más se le había resistido hasta ahora: la simpatía del país en pleno.

Cierto que los datos desvelados por el ministro en su pulso con los todopoderosos controladores tienen un tufillo de desfachatez, por más negociados y aprobados que estén. Que uno pueda ganar 1.500 euros al día en horas extra limpios de polvo y paja no deja de resultar chocante.

Pero lo que me parece grave es que se haya llegado a esta situación. Sobre todo a través de las medidas de presión utilizadas tradicionalmente por este colectivo (no son los únicos, pero sin duda los que más se han hecho notar durante años). Sus huelgas en fechas clave han dejado sin viajar, desesperados, atascados y más que cabreados a miles de ciudadanos indefensos decenas de veces. Aun hoy siguen bloqueando Barajas con mentirijillas intolerables. ¿Quiénes son ellos, ganen mucho o poco, para fastidiar machaconamente al prójimo con el objetivo de satisfacer sus exigencias? Siempre he defendido que las huelgas y protestas han de tener un límite. Las de estos individuos, con mayor motivo. De haber sido así en tiempos, no hubiéramos llegado a estos abusos.

tracking