Hablar de más

El PP está seriamente afectado por la corrupción. Además de lo sucedido en Baleares, la trama del caso Gürtel llega hasta las zonas más sensibles de su dirección. Sorprendido, está depurándose para librarse de esta escoria. Pero es curioso que el comité de conflictos, que vigila la disciplina interna, haya actuado tan sólo contra dos militantes en lo que llevamos de legislatura, y en ambos casos lo haya hecho no para reprimir actuaciones delictivas e inmorales sino para reprender declaraciones impropias. A la luz de la evidencia, diríase que el problema de nuestros partidos no es la corrupción sino el hablar de más. Cuando la ciudadanía preferiría sin duda más libertad de expresión y más manos dura contra esta casta detestable e inescrupulosa de políticos que van a lo público para enriquecerse.