El centro ecuestre de la Fundación Carriegos

La sociedad que nos ha tocado vivir, materialista y hedonista, hace que muchas veces nos sintamos insensibles ante los problemas del prójimo.

Hoy, desde este foro, quiero dar a conocer el centro ecuestre «El Caserío» de la Fundación Carriegos, que preside Santos Llamas y que se encuentra ubicado en la localidad de Robledo de Torío.

Ver los problemas de tipo físico y psíquico, que afectan a tantas personas, nos hace reflexionar, en la trascendencia de la vida, que muchas veces es tan corta y efímera que cuando queramos darnos cuenta se nos ha ido sin haber hecho algo positivo en bien de los demás.

En este recorrido, nuestro cicerone Pery Lechuga, director de relaciones externas de la Fundación, nos muestra con amplio detalle las instalaciones de este centro, modelo en su especialidad. Anualmente más de trescientas personas con discapacidad física y/o psíquica pasan por el centro ecuestre para ser atendidos en el campo de la terapia asistida por caballos. Estos 30 caballos están plenamente identificados y con una docilidad extraordinaria ejercen sobre los niños una mejoría y un mimetismo que hace que a pesar de tener una enfermedad incurable e irreversible, mejoran en aspectos como son la afectividad, comunicación, compañerismo, confianza, concentración y adquisición de habilidades y no digamos en el aspecto físico, ya que les favorece el control postural, fortaleciendo el tronco en su parte dorsal y abdominal.

Esta terapia ecuestre la reciben personas con discapacidad neurológica, parálisis cerebral, paraplejia, esclerosis múltiple, síndrome de Down, trastorno de espectro autista, retraso mental.

Los más de 13.000 m2 que ocupan las instalaciones están distribuidas para albergar todos los servicios necesarios para llevar a cabo los objetivos de la Fundación. El centro cuenta con una residencia que dispone de seis habitaciones con un total de 24 camas. Además está dotada de recepción, cocina, comedor, lavandería, baños adaptados, vestuario, gimnasio, sala de descanso, patio de juegos y aula de formación. Para que la terapia sea completa cuenta con una Granja Escuela con diversas dependencias donde se pueden encontrar un gran número de especies típicas de la zona: ovejas, vacas, burros, cerdos, gallinas, codornices, palomas, conejos, etc, además de un huerto donde se cultivan hortalizas y cereales autóctonos. Como conclusión podemos mirar para atrás y ver que hay problemas más serios que los que en ocasiones nos pueden afectar y al mismo tiempo que podemos ser útiles como voluntarios en esta actividad terapéutica u otra que creamos más oportuna, pero siempre el fin último es ayudar a los demás.