Freno y marcha atrás
El rincón | manuel alcántara
Se dice que rectificar es de sabios, como si los tontos no estuvieran obligados a hacerlo de vez en cuando, sobre todo si se acercan las elecciones. Como todavía están distantes, la inevitable aglomeración aún no se ha producido, pero mucha gente desea ocupar su localidad. Faltan acomodadores. Por muy espaci osa que sea España no puede garantizarle acomodo político a todos los golfantes que se dedican a esa alta misión y si no solucionamos eso no van a tener solución otros problemas. El Gobierno planteó hace un par de días rebajar la cuantía de las futuras pensiones mediante una reforma de su cálculo. Al problema aritmético se unía el estomacal. Para que salieran los números, tenían que impedirse las digestiones. Como es comprensible, la propuesta de aumentar en un par de años la fecha de jubilación no despertó un entusiasmo indescriptible entre los que están en vísperas de ganarse, unos mejor que otros, el descanso. Total, que Economía ha rectificado sobre la marcha, que ahora es para atrás, y le ha puesto freno.
El proyecto y su abandono han sido casi simultáneos. La alarma creada con las pensiones ha coincidido con el toque de las sirenas que invitaban a refugiarse y en algunos casos el eco ha precedido a la voz. Cuatro horas después de que conocieran en Bruselas nuestros extravagantes planes, el Gobierno se vio obligado a retirarlos. Al parecer no sospechaba la respuesta sindical, que de ninguna manera podía aprobarlos sin que los sindicalistas no suspendieran a sus líderes de empleo y sueldo. Los sindicatos pueden estar amaestrados, pero son siempre cimarrones (vocablo que s e aplica al esclavo que se refugiaba en los montes buscando la libertad). Nuestros gobernantes no es que sean buenos o malos, que quizá son las dos cosas: es que no saben gobernar.