Obras no son amores
Aquí te espero CAMiNO GaLLEGO
Cualquiera que se dé una vuelta por las calles de la capital llegará facilmente a la conclusión de que no están pensadas para el tráfico rodado: calzadas estrechas, escasos o nulos aparcamientos en las mismas hasta en las zonas ORA, obras por doquier, baches a discreción, semáforos mal coordinados o de ciclo muy corto, numerosos atascos, autobuses que no caben al hacer maniobras y entorpecen la circulación... Son demasiados inconvenientes como para pensárselo bien antes de coger el automóvil. Pero ocurre que no todas las personas pueden ir a pie o dejar para otra ocasión el desplazamiento.
Alguien ha decidido que León sea ciudad para peatones, y me parece bien la idea, pero antes de llevarla a la práctica se deberían poner en marcha otras medidas. Que se intente dificultar la circulación del vehículo particular cuando hay una completa red de tranvías y autobuses puede ser conveniente, pero poner trabas cuando el transporte público es lento, escaso e inadecuado por su tamaño y características no deja de ser una manera de tocar las narices al ciudadano.
A ver si se entera quien corresponda de que hasta que no haya alternativa no se debe dificultar más la circulación. A ver si cuando se ponen a hacer obras avisan antes del corte para que se puedan tomar rutas alternativas. A ver si cuando hagan las rotondas de Álvaro López Núñez no las hacen todas al mismo tiempo para ralentizar más, si cabe, el paso por esa arteria que es, junto a Fernández Ladreda, la vía con mayor tráfico de la ciudad. Si Circunvalación ya no es lo que era y cortan o cierran temporalmente A.L.Núñez tal vez tengamos que ir hasta El Portillo para entrar o salir del Ejido. No sigo para no darles más pistas, porque son capaces por lo menos de hacer esto.