La subida
El rincón | manuel alcántara
Tras arduas conversaciones y un considerable consumo de agua mineral, también sin gas, la patronal y los sindicatos han llegado a un acuerdo: van a subir sólo un uno por ciento los salarios de los trabajadores, que es la mín ima cantidad exigible para seguir llamándole subida. Menos da una piedra filosofal y una piedra pómez. Algo es algo y menos es nada o casi nada.
Conste que odio la demagogia, esa artimaña política cuya esencia consiste en halagar a la gente para hacerla instrumento de las ambiciones particulares, pero también odio la hipocresía. ¿Por qué le llaman subida a un uno por ciento de quienes todavía ganan 400 euros al mes? Mejor sería anunciar esa conquista laboral como resistencia a la bajada. Muchos españoles -”unos doce millones de trabajadores-” van a disfrutar de ese microinfinitesimal aumento de salario. Son los más afortunados, ya que los que gozan del desempleo no podrán dar saltos de júbilo al enterarse de que van percibir cuatro o siete euros más al mes.
Cuando se viven tiempos difíciles no conviene olvidar que para otros son imposibles. Todos podemos acostumbrarnos a vivir con menos, pero nadie se habitúa a vivir sin nada. Podemos ser austeros de solemnidad, pero eso de no tener un jodido euro en el bolsillo es muy desagradable y no es cierto que el mal de muchos sea consuelo de tontos: requiere ser tontos de capirotes, ya que aumentarán los atracos, los robos en casa, las argucias bancarias y los mítines políticos donde las laringes subvencionadas nos prometerán un futuro esplendoroso.
De momento, el porvenir de quienes tengan trabajo se ha evaluado en una mejoría del uno por ciento. Así es la vida y la subida