LA OPINIÓN DEL LECTOR (I)
La cirugía estética de Belén Esteban
Para comenzar diré que siento un profundo respeto por cualquier persona y, por tanto, a la que hoy hacemos referencia igualmente. Sin embargo, a raíz del cambio de imagen o mejor dicho de la operación de cirugía estética que recientemente se hizo Belén Esteban, tenía ganas de expresar mi opinión en público. Pues bien, vamos al grano, porque me veo por los cerros de Úbeda, digo, por nuestros campos y tierras maragatas, que son más agraciados para nuestros estómagos.
Por supuesto, no pretendo exponer aquí la biografía de la «princesa del pueblo» y otras lindezas más o menos sabrosas que le ha proferido con toda la fuerza verbal y escrita el amigo Jaime Peñafiel. No pasará mucho tiempo sin que aparezcan sus memorias autorizadas o no, pero saldrán. Una cosa está clara y que me ha servido de reflexión. Una chica del barrio de San Blas en Madrid, fenomenal, yo soy del barrio de San Pedro de Rectivia y a mucha honra y defiendo mi barrio, en cualquier foro que tengo oportunidad. Después, al hacerse novia del torero Jesulín de Ubrique, ese fue su salto a la fama, ello unido a que la chica de barrio, no tiene pelos en la lengua, pues ha ido por todas las televisiones, por todas las revistas, vendiendo su vida personal y «a forrarse». Y ahora ya parece que si no está Belén Esteban en cualquier tertulia de las denominadas del corazón, ese programa no tiene audiencia o la revista en cuestión, no vende un ejemplar. Menuda mina han encontrado los editores de los medios. Desde luego este país tiene lo que se merece. No cabe duda que el morbo vende, porque según las estadísticas cerca de 3.500.000 espectadores vieron la primera aparición pública después de la operación de cirugía estética a que se sometió recientemente. Y es que además ha llegado a estar acompañando a las doce campanadas de fin de año, que se considera el programa de máxima audiencia. Bueno, no se me mal interprete este escrito. Belén Esteban puede estar donde quiera o donde le paguen, como cualquier hijo de vecino, sea del barrio que sea, pero parece que ya se está convirtiendo en un fenómeno social de masas y en eso tendríamos mucho que opinar, pero como no quiero excederme en el espacio, lo dejaremos para otra ocasión. Y como la chica del barrio de San Blas, tiene un «piquito de oro», pues a montarse en el dólar, digo en el euro. Hasta cuándo..., quizá hasta que deje de ser natural y sincera. Efectivame nte, Belén Esteban, se presenta como es y el público la acepta y esto es muy positivo.