Fin de etapa

Ernest Maragall abrió la caja de Pandora: «Hoy por hoy -dijo el conseller de Educación-, Cataluña está fatigada del tripartito y no apoyará elementos ni artefactos inestables». La aventura del tripartito, que ha incluido el estrafalario viaje a la reforma del Estatut (problema aún irresuelto, por cierto) ha dejado efectivamente exhaustos a todos. El cambio de ciclo es una necesidad incluso biológica en Cataluña, donde los catalanes han de recuperar el sosiego necesario para desarrollar su laboriosidad y su creatividad sin la exaltación frenética de los conductores mesiánicos y de las propuestas utópicas. PSC y CiU deben recuperar juntos la centralidad y disputarse pacíficamente

la hegemonía sin permitir que las reclamaciones minoritarias engendren de nuevo el griterío y la sinrazón.