Cerrar

LA OPINIÓN DEL LECTOR

¿Considera convincentes las medidas planteadas por Zapatero en el debate con Rajoy para afrontar la crisis?

Publicado por
Manuel Alonso Pérez. MAESTRO DE 1ª ENSEÑANZA JUBILADO Clemente Ferrer. Madrid Víctor Corcoba Herrero. Escritor
León

Creado:

Actualizado:

Las fuentes ornamentales de león

Recientemente he oído comentar por la radio que van a lavar la cara del dios Neptuno de la fuente situada actualmente en el jardín de san Francisco, después de haber adornado y proporcionado agua a los ciudadanos en la plaza de la Catedral y en la plaza Mayor. Supongo que al haber viajado tanto por la ciudad teniendo que montarla y desmontarla varias veces, sufriría algo la piedra, pero no hasta el extremo de quedarle la cara tan sucia que más que parecer un dios marino y acuático se asemeja al minero que salió del pozo María Luisa con la camisa rota por un costero.

La fuente de san Isidoro ha sufrido vandalismo, como todo el patrimonio urbano expuesto al aire libre. Tenía las mascaras por donde sale el agua muy deterioradas por la inclemencias del tiempo y la inclemencia de los gamberros. Las han repuesto recientemente, retirando las antiguas sin embargo una de las fuentes más bonitas y céntricas de la ciudad, la de Carlos III situada en la plaza de san Marcelo, de estructura sobria, pero elegante, lleva años sin que nadie de los que regidores municipales de turno se ocupe de ella. Creo que es la cuarta vez que lo denuncio en cartas o «Tribunas», de las que me han publicado en este diario, pero mi pobre pluma no conmueve a nadie. Este asunto es una minucia comparado con las que se están fraguando. Antes es el espanto que se esta haciendo en Fernández Ladreda; llenar todos los espacios de rotondas hasta marearnos, el Inteco, el tranvía, y las ovejas sucias y el burro con mataduras que no faltan nunca en Navidad. Aquel bonito jarrón que servía de colofón en la citada fuente, desapareció un buen día dejando en su lugar un alambre asomando por un agujero. No sé si se habrá destruido totalmente pero si así fuera, hay infinidad de fotos (yo tengo muchas), donde se ve perfectamente cómo era originalmente, creo que tenemos canteros y escultores capaces de reconstruirlo tal como fue. Lo mismo que mi amigo Yugueros repuso la estatua de don Pelayo, ausente varios años, en el Arco de la Cárcel.

Lo del tranvía, etc., está bien, pero si no somos capaces de arreglar las pequeñas cosas, difícilmente haremos obras faraónicas en tiempos de crisis económica e intelectual del consistorio municipal.

Un intolerable infierno

He visto a los más grandes espíritus de mi generación, arrastrarse de madrugada por las calles de los negros, en busca de la droga urgente, imperiosa», afirmó Allen Ginsberg.

Ahora los estupefacientes, casi siempre con bebidas etílicas, son derrochados por unos 48.000 jóvenes de entre 14 y 18 años y que anuncian serios peligros de liarse con el cannabis y la cocaína.

Son el 2,2 por ciento de la población. Pero el fenómeno ya es alarmante, produciendo las secuelas de la falta de recuerdo, el abandono de las aulas y las discusiones, pueden ser los primeros indicios del problema. Los narcóticos también están en la raíz de los siniestros de circulación.

Estos fueron los resultados del Plan Nacional sobre Drogas, durante la exposición del informe 2007 sobre el derroche de alcaloides. Se ha descubierto un acrecentamiento del dilapido de la heroína; no se inyecta, se aspira en forma de pitillos, son los sonados «chinos».

La droga cuanto más se consume, con más imperiosidad se necesita. El vendedor ofrece, al adolescente incauto, que le «llevará al paraíso», pero se calla que el precio que pagará es la propia autodestrucción, el deterioro físico y psíquico y que transformará el paraíso de unos instantes, en un prolongado e insoportable infierno.

El combate contra el comercio y el derroche de narcóticos. La voluntad de parar esta nociva amenaza para la sociedad, que suscita el asesinato, el terror y favorece la devastación física y emocional de muchos mortales, reclama un pacto político, colaboración internacional y la ayuda de todos.

«Desde el fondo de la angustia, del miedo y de los fenómenos de evasión, como la droga, típicos del mundo contemporáneo. Emerge la idea de que el bien y la felicidad no se obtienen sin el esfuerzo y el empeño de todos», afirmó Juan Pablo II.

La economía debe centrarse en la persona

La economía está en boca de toda la gente. La cuestión no es centralizarse en lo económico, sino en una hacienda con criterios éticos. Habría que antes concentrar los esfuerzos en la persona, en la pobreza de muchas almas, y ver que la dificultad no es meramente monetaria, sino de aprender a vivir de manera más solidaria, superando afanes y desvelos depredadores de interactuar unos con otros y con la naturaleza.

Cuando se pierde el respeto por toda vida humana y por el entorno natural en el que vivimos, difícilmente podemos levantar cabeza. De poco sirve que unos poderes se acusen a otros o que se implanten medidas de estímulo económico, si la inmoralidad campea a sus anchas por el Planeta. Asimismo, por doquier lugar se habla de la recuperación financiera, ¿pero de qué rescate estamos hablando, de aquél que está al servicio de los ricos? Es más de lo mismo de siempre. Hay personas en el mundo que jamás han conocido otra situación que la marginalidad y la miseria.

Junto al respeto a toda vida, sea rentable o no económicamente, la acción de las instituciones públicas y de los ciudadanos debe centrarse en la búsqueda del bien común. La economía no puede dictar modos de vida y dominar a su antojo. Tampoco los poderes del capital, por muy poder que sean, pueden considerarse como único punto de referencia. Hoy más que nunca vivimos en continua relación personas de diversas culturas y mundos, y es fundamental la escucha, la consideración hacia todos. También considero vital que la persona no se deje atar por economías basadas en el lucro a toda costa; sistema que nos esclaviza, desordena y machaca el medio ambiente, a más no poder.

La apuesta económica debe tener otros objetivos más prioritarios centrados en la persona: alimentos básicos, vivienda, educación, salud y oportunidades para desarrollar una vida decente. Lo indecente es que los mercados sigan siendo injustos, no se propicie la igualdad en los intercambios, y la justicia distributiva brille por su ausencia como hasta ahora. En la agenda económica mundial debiera figurar este problema como primer deber resolutorio. A mi juicio, sobra todo lo demás.

Cargando contenidos...