Los testigos se aburren

El rincón | manuel alcántara

Es una versión trágica del famoso dúo circense de Pompoff y Teddy. El payaso serie de la cara de talco y el de la nariz apócrifa han vuelto a dejar el pa cto en vía muerta para dejar que los acontecimientos nos sigan atropellando a nosotros. El líder de la verbal oposición pide a los socialistas que releven a su jefe y el presidente del Gobierno le replica que si tiene coraje, léase huevos, que presente una moción de censura. Por muy ásperos que sean los debates, el resumen es siempre el mismo: ellos están donde estaban y los informadores se ven condenados a transmitir el aburrimiento.

Llamamos noticia a lo que altera la normalidad, pero lo n ormal es que no haya noticias en esta agónica situación. Sálvese quien puede, que los que podían ya se han puesto a salvo. Dicen los expertos contables que el señor Rajoy le ganó por primera vez un debate al señor Zapatero. Una victoria por puntos, que no por KO, ya que los dos dejaron grogui al público. ¿Podrán aguantar dos años más el mismo combate, uno defendiéndose en las cuerdas y el otro atacando con la falta de pegada que le caracteriza? Que nadie le eche la culpa de la monotonía de la velada a los púgiles: están muy vistos y no tienen gancho. Un periodismo emocionante requiere dosis de drama.

Nadie puede contar, por muy bien que lo relate, un día en el que no ha pasado nada. Durante el pasado año murieron 70 periodistas en el mundo, 31 de ellos en Filipinas, mientras ejercían su labor informativa. Entre nosotros no ha muerto ninguno de tedio. A algunos se les ha desencajado la mandíbula al bostezar pero una vez recuperados de esa sordera eventual que produce el bostezo, hemos seguido dispuestos a experimentar otros, para aburrir a nuestros lecto res. Viva la Uefa