Diario de León
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Tribuna | Celestino Pérez Colín

Secretario Provincial de Educación del PSOE

Necesario, urgente, imprescindible, son muchos los calificativos que se pueden utilizar pero todos nos llevan al mismo sitio: los dos grandes partidos de España: PP y PSOE tienen que sentarse y llegar a un acuerdo para unificar la Ley de Educación y no seguir cambiando todo cada vez que uno de los dos llega al gobierno.

Los que además de tareas políticas nos dedicamos a la enseñanza vivimos en primera persona el malestar que se provoca a alumnos, padres y también a profesores por los cambios de leyes educativas.

Por fin un ministro, Ángel Gabilondo, del PSOE, ha visto la urgencia de la situación y ha presentado a los Consejeros de todas las Comunidades Autónomas un documento con más de 100 medidas y acciones concretas para establecer un «Pacto Social y Político por la Educación en España».

Este Pacto lleva muchos meses preparándose y con la intención de que por primera vez salga bien, recoge propuestas de todas las Comunidades Autónomas y Agentes Educativos. Propone dejar la educación al margen de la confrontación política partidista y responde a la demanda de los ciudadanos. Se lo debemos a los jóvenes del país. Tenemos que llegar a conseguir un pacto educativo.

Siempre ha sido necesario este pacto, pero ahora con la crisis que nos afecta lo es más que nunca. La educación va a ser una de las principales medidas que nos ayuden a salir de la crisis. Somos muchos los que pensamos que la educación debe estar en el corazón de la economía y que la educación hace sostenible a la economía.

El objetivo principal que se persigue es que en el 2020 todas las personas de entre O y 18 años estén formándose, pasando unos por FP, otros por Bachillerato y otros combinando formación y empleo.

A lo largo del documento se van repasando las principales dificultades que tiene actualmente nuestro sistema educativo y se intentan unificar las soluciones que proponen el PP y el PSOE.

Entre las medidas enunciadas podríamos destacar el situar al profesorado, al alumnado y a la familia en el centro del sistema educativo, dándoles mayor seguridad jurídica, más recursos y mejores condiciones laborales. Pero sobre todo situar al profesorado en el corazón de la educación.

Con el fin de asegurar su continuidad se propone que cualquier modificación normativa básica en el marco educativo deberá ser aprobada a partir de ahora por dos tercios del Parlamento. Con ello se intenta dar estabilidad a la educación española. Se deja muy claro la necesidad de promover la cultura del esfuerzo, la exigencia y la responsabilidad personal. Para ello se reconocen y se incentivan estas características que son primordiales si queremos llegar a buen puerto en nuestro camino educativo.

Se propone ampliar la educación infantil en el tramo 0 a 3 años para establecer unas bases sólidas que van a asegurar el buen funcionamiento de toda su vida educativa. Otro apartado importante es desarrollar un ambicioso programa de becas y ayudas de tal forma que el 50% de los estudiantes de Bachillerato y FP tengan una y el 30% de universitarios también, llegando a destinar el 0,2% del PIB a becas universitarias en el 2015.

Se impulsa la política de evaluación nacional con una prueba en sexto de Primaria y otra en tercero de la ESO.

Se reconoce la importancia de los idiomas y el retraso que en este apartado lleva España con respecto a otros países y para ello se amplían los Programas de Enseñanza de Idiomas.

Uno de los aspectos más polémicos, pero en el que cada vez se acercan más las posturas del PP y del PSOE es establecer una Educación Secundaria Obligatoria que ofrezca más posibilidades de éxito a los estudiantes. Para ello se propone que el cuarto año de la ESO sea de orientación. Los jóvenes podrán escoger entre un curso orientado al Bachillerato y otro a la Formación Profesional. Pero ambos tendrán asignaturas comunes y obtendrán el mismo título de Graduado. Esto permitiría que los alumnos que van a seguir en Bachillerato tengan 3 años de preparación. Hay un intento claro de potenciar la FP. Para ello se flexibiliza el acceso a la Formación Profesional, así como el paso entre ésta y la universidad. Se impulsan también programas de ayudas a jóvenes y empresas para permitir completar su formación a los menores de 24 años que no la tengan.

Vemos cómo de una forma equidistante se intentan dar soluciones a los principales problemas educativos actuales. Esperemos que de una vez por todas las altas instancias políticas consigan llegar a un acuerdo conjunto y eviten a la ciudadanía seguir soportando nuevas Leyes Educativas cada vez que se produce un cambio de gobierno .

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