Diario de León

LA OPINIÓN DEL LECTOR

Como no les duele

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León

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Tengo un bebé de dos meses de edad que el martes día dos de febrero se pone malo con mucha tos y mucho moco. A las 20.30 horas decido llevarlo a las urgencias de José Aguado ya que no le veo muy bien y no quiero esperar al día siguiente a llevarlo a su pediatra. Después de estar una hora esperando a que me atiendan la pediatra que lo vio me dijo que tenía un catarro de vías altas y que le pusiera medio supositorio de Pilca y nada más.

Me voy para mi casa con el niño y comienzo el tratamiento que dicha pediatra me mandó. El miércoles día 3 de febrero mi hijo sigue igual o incluso peor, entonces decido llevarlo al Hospital de León a las diez de la noche donde la pediatra que lo miró le puso una mascarilla de suero fisiológico y le dio un biberón a ver si lo comía y con las mismas nos envió a casa diciendo que era un catarro de vías altas sin importancia. Por cierto el suero fisiológico se lo estaba echando yo ya en casa.

Volvemos para casa y el jueves día cuatro de febrero, como el niño no mejora sino todo lo contrario empeora y respira cada vez peor, decido llevarlo a su pediatra en los ambulatorios de La Palomera. Esta señora que lo miró lo primero estaba para estar en su casa dado su estado de salud ya que tenía un catarrazo impresionante y no se dignó a ponerse ni una triste mascarilla. Nos recetó unas gotas de Fluidasa y para casa sin más.

El niño seguía fatal y el viernes día cinco como estaba tan malín decido llevarlo al ambulatorio de La Palomera otra vez donde está la misma pediatra del día anterior y al ver al niño cómo iba me da un volante urgente para ir al hospital y me dice que vaya ya.

En este momento vio las orejas al lobo como se suele decir y lo mal que estaba mi hijo. Claro que ya era hora después de cuatro veces.

Llegamos al hospital y el niño se queda ingresado según el pediatra por una bronquiolitis. Al día siguiente de estar ingresado con oxígeno y todo al niño le da una crisis de apnea y casi se nos muere. Nos lo ingresaron en la uci pediátrica cinco días y luego otros cuatro ingresado en planta.

El niño acabó con una neumonía que no hubiera cogido si cuando vamos la primera vez al médico le dan un antibiótico y dejan de jugar con la salud de un pobre indefenso.

Por otro lado en el ambulatorio de La Palomera la pediatría es un cachondeo total. Ya es hora que nos pongan en este barrio tan grande unas urgencias pediátricas de una vez. Así y todo quiero agradecer al personal de pediatría y de la uci pediátrica todo lo que hicieron por mi hijo. Creo que no hay derecho a jugar con la vida de nadie pero mucho menos con la de un bebé.

Raquel García Fernández. Correo electrónico

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