Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Al trasluz | eduardo aguirre

Tras escuchar los abucheos a su actuación como candidato a Eurovisión, el tal John Cobra se agarró el mondongo, dicho sea con todos los respetos, e hizo al respetable una petición nada respetable, que el libro de estilo, mi madre y mi señora me impiden reproducir aquí.

Lo de agarrarse lo suyo tiene más perdón, pues al principio tampoco Julio Iglesias sabía dónde poner las manos, pero el torrente de expresiones soeces con que sazonó su despedida denotan que más que un manager lo que necesita es un domador. Ojo, si mal chico no parece, comparado con Hannibal Lecter. Ana Ibartiguru jamás había estado tan cerca de un arma de destrucción masiva. Con Karmele nos hubiesen echado a patadas de Europa, pero con Cobra además nos ponen en cuarentena, no vaya a ser contagioso.

Habrá quien diga que la culpa de tanta zafiedad la tiene el dedo corazón de Aznar, otros que el Gobierno, y hasta Albert Hammond, con la humildad que le caracteriza, estará cantando «échame a mí la culpa de lo que pasa», pero lo cierto es que en modales públicos vamos para atrás, y terminaremos en el lugar del que procedemos: en Atapuerca. Al parecer, se le había seleccionado en un foro de la Red, ese territorio donde las pulgas se crecen firmando con pseudónimos en aumentativo. Tiene biografía actualizada en Wikipedia, aunque lo suyo no sea cantar, ni escribir letras, sino tener venenoso el pronto. ¿Es que en España ya no se puede perder en Eurovisión con honra, tanto cuesta encontrar un friki casi normalito? Dado que Belén Esteban crea estilo, pueden dar por hecho que John se dedicará a rentabilizar su apellido artístico, es decir, a cobrar. El Mowgli rapero acabará en la selva de «Gran Hermano». Con sus iguales, las fieras de la tele.

Cargando contenidos...