Sílbame
Al trasluz | eduardo aguirre
Supongo que a muchos la noticia les habrá inspirado sarcasmo, y lo entiendo, pero a mí me parece una buena iniciativa. «Esto sólo lo arreglamos entre todos»es el lema de una campaña sufragada por las cámaras de comercio y empresas privadas, en la que la se nos invita a enfrentarnos juntos a la crisis, aunque no la cita directamente. Busca promover la confianza en los consumidores, pero sin reducirnos a meros compradores de cosas. Sin confianza disminuye el consumo; sin consumo no es posible salir de la crisis; con crisis hay menos empleo-¦ Se pretende aunar energías, invertir causas y efectos, desde lo negativo a lo positivo. No se trata de negar el naufragio, sino de bucear hacia arriba, sin derrotismos paralizantes, sin posicionamientos maniqueos. Entre las reacciones de los pasajeros del Titanic la más absurda fue la de aquel caballero que, mientras el océano le subía por el gaznate, exigía el libro de reclamaciones porque había pedido huevos duros, no pasados por agua. Ayudándote, me ayudo, y viceversa. Nuestro tiempo es nuestra prueba, y quizá también nuestra bendición. Aprenderemos lecciones que luego serán olvidadas, así ha sido siempre. Ahora bien, para consumir con confianza hay antes que tener, aunque sea poco, pues si no seremos el pícaro que invita a rondas que luego han de pagar otros. Ah, ese puñetero infinitivo, que delimita tantas realidades, aunque -”afortunadamente-” no todas. Por cierto, Tener y no tener fue el título de la peor novela de Hemingway, reconocido esto por él mismo, pero adaptada al cine se convirtió en película mágica, donde Bogart y Bacall se enamoraron, y ella le suelta aquello tan maravilloso: «Si me necesitas, silba». ¿Cabe mayor confianza? Silbémonos, porque, quién sabe, esto puede ser el comienzo de una gran amistad.