Muerte en la montaña
Crónicas bercianas carlos fidalgo
Vestía un cortavientos, camisetas térmicas y unas mallas deportivas. Llevaba el calzado adecuado para la montaña, y necesitaba entrenarse en altura para correr unos días después una prueba de ultrafondo en Gran Canaria. Mirando en el calendario, sólo tenía el fin de semana por delante, la tormenta perfecta acechaba el noroeste de la península, y la olla del Bierzo aparecía como una isla menos turbulenta en los mapas de alerta.
Óscar Pollán, corredor del Club de Montaña Teleno con sede en La Bañeza, decidió arriesgarse a recorrer los Montes Aquilianos y encontró la muerte. De poco sirve ahora pensar que no eligió el día más adecuado y resulta mezquino poner en el centro de un debate el coste del enorme despliegue de medios con el que Protección Civil y la Unidad Militar de Emergencias peinaron la nieve del pico Cabeza de Yegua donde Pollán se despeñó después de perder la referencia de las estacas que marcan el descenso hacia Peñalba. Pollán está muerto y eso lo convierte todo en secundario.
Seguramente su muerte no haya tenido nada de poético ni romántico, por mucho que la soledad del montañero estimule la imaginación de quienes jamás nos arriesgaremos tanto y haya quien se deje vencer por la tentación de convertirlo en un héroe literario. Un golpe de viento, un resbalón en la niebla, un alud de nieve se lo ha llevado, sin grandilocuencias, y sólo nos queda lamentarlo.
Más prosaica si cabe, ha sido esta semana la forma en la que el Ministerio de Fomento ha confirmado que el trazado del tren mixto de altas prestaciones para viajeros y mercancías entre Ponferrada y Monforte está en el aire. El secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, reconocía el pasado jueves que el proyecto «no tendrá el mismo tratamiento» en la revisión del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes y abría una caja de pandora donde puede caber cualquier cosa.
Han pasado siete años desde que un Consejo de Ministros celebrado en La Coruña, todavía bajo la presidencia de José María Aznar, diera el visto bueno a la redacción de un primer estudio informativo sobre el proyecto para prolongar la línea del AVE -”llamémoslo así, aunque el tren de altas prestaciones no sea lo mismo que la alta velocidad de viajeros que entrará en Galicia por Zamora-” más allá de Ponferrada. Siete años mareando la perdiz, aburriendo a los bercianos, que ahora sospechamos que el caramelo que nos ofrecieron para compensarnos de la pérdida del verdadero AVE puede ser un envoltorio vacío.