Tomar nota

Fronterizos | miguel a. varela

En casa del pobre, ya se sabe lo poco que dura la alegría. En los últimos meses las noticias económicas sobre la comarca berciana han ido arrojando un rastro inquietante; un reguero de quiebras, despidos y regulaciones de empleo; un permanente goteo de incertidumbres sobre sectores estratégicos, en un clima que me recuerda al que tristemente dominaba en esta tierra en los ochenta y primeros noventa, cuando abundaban los planes de desarrollo sobre el papel pero la comarca se desangraba, incapaz de hacer frente al desmantelamiento de la minería carbonífera. En apenas unos meses se ha hundido el tejido industrial que trabajosamente se había ido creando, poniendo en cuestión determinados modelos y arrojando dudas sobre el correcto uso de las abundantes ayudas que en los últimos años han intentado generar alternativas. Y ahora, lloviendo sobre mojado, queda en al aire la construcción de la prometida y necesaria infraestructura ferroviaria de alta velocidad que cruce el Bierzo de este a oeste, reconvirtiendo lo que debiera ser una transformación radical de un trazado diseñado en el siglo XIX en no sabemos qué tipo de corredor ferroviario reservado al tráfico de mercancías. Se incumple así un compromiso firme del Consejo de Ministros en el 2004, cuando el denominado Plan del Oeste hablaba de un AVE de doble vía, cuya conclusión estaba prevista para el 2011 y era considerada una conexión «fundamental» para el noroeste. Yo voy a estar muy atento estos días. En las redes sociales se ha generado una reacción inmediata y masiva pero hay que estar atentos al posicionamiento de las fuerzas sociales, a las declaraciones de la clase política, a los movimientos de nuestros representantes públicos. Tomen un bloc y anoten para no olvidar las actitudes y compromisos que veremos estos días. Seguramente no tardando mucho tendremos ocasión de repasar los apuntes para tomar decisiones.