La opinión del lector
La Fiesta Nacional
El arte del toreo y la belleza plástica que le acompaña no tiene parangón, si lo sabes mirar como arte y no como otra cosa. Es un disfrute, por excelencia, para ciertos sentidos.Cuando vas a ver una corrida de toros, nada más entrar en la plaza y sentarse en las gradas para ver qué «faenas artísticas» te deparará ese día, la adrenalina empieza a subir como por arte de magia, y comienza la plástica del espectáculo. Echas la vista al vuelo sobre el tendido y se empieza a quedar en la retina el Cuadro. La estampa se llena de color con las ropas del graderío, sigue sumando colorido la arena, en contraste, con el color de barreras, burladeros y demás prolegómenos, -plástica pura.Cuando suena el clarín, que rompe el viento, anunciando un toro negro que da miedo ver, te arrellanas en el asiento a esperar la faena del maestro y tomar apuntes visuales para el lienzo. Sale por fin de chiqueros con bravura ese toro negro, de raza, es el momento de la lidia en el que, el espada lo recibe y recoge con «ese capote» -sumando colorido, / capote de grana y oro / alegre como una rosa / que se abre delante el toro / igual que una mariposa /, el astado embiste echando arriba sus patas delanteras levantando el polvo del albero y entrando en unas verónicas magistrales que dejan sin aliento a un público expectante conteniendo la respiración que cuando la suelta, ¡Dios mío, se escapa un olé que no se pué aguantar! Tiembla la plaza. Lo que entra por el cuerpo siguiendo atento a las demás suertes en el arte del toreo -y sumándose a la plástica colores, destellos de lentejuelas en los trajes de luces, picadores, caballos, banderilleros, alternándose en el ruedo. Emociones que no se pueden explicar, las palabras se quedan cortas.¡Que viva la Fiesta Nacional! para los que saben apreciar el arte de una tarde de toros que forma parte de la cultura de este país. Y un brindis a los dos artistas, Villa y Uriarte, por esa obra pictórica del cartel de este año para San Juan cuya composición es verdaderamente digna de admirar. Va por ustedes. Salud.
Pilar Merenciano. LEÓN
Política-badén< /strong> Me gustaría expresar mi queja, y la de la gran mayoría de leoneses afectados, a lo que podríamos bautizar como política-badén.
Un dato, las quejas recibidas de estudiantes universitarios expresan que se enfrentan a 9 badenes para ir y 9 para volver en el simple trayecto universidad-rotonda de la autovía, un tramo de apenas 5 minutos que se ha convertido en un interminable atasco de más de 20/30 minutos para llegar, a causa de la política badén que al parecer está de moda en la ciudad. Una solución, un badén, y no uno pequeño, sino el más grande que se pueda poner. Ésta parece ser la solución que ponemos en nuestras vidas... Quizás tengan convenio con talleres mecánicos e inversiones en frenos, amortiguación, llantas, paliers... No lo sé. Mi queja, se dirige de manera directa a la política urbanística empleada en León, no sólo se ponen badenes en pasos de cebra, sino, paséense un día por la universidad donde existen badenes en el medio de la vía sin motivo aparente, donde los viandantes no pueden cruzar, el enfado se generaliza cuando decides darte un paseo por La Palomera y descubres el badén del centro de salud que sobrepasa la acera y que viene acompañado siempre de un enorme socavón, para hacernos compañía... El desastroso urbanismo de León culmina con la brillante idea de implantar un tranvía en nuestra ciudad, al parecer el exitoso avance de la edad media se traslada a pleno siglo XXI, en lugar de metro o ampliar la red de autobuses, muy escasa debido a las continuas quejas de estudiantes que no tienen medio de transporte para llegar a sus domicilios, preferimos traer un tranvía, que ya ha dado casos de muerte en algunas ciudades debido a la complicación para atravesar sus vías con seguridad. Por no mencionar las obras en Fernández Ladreda, la ejemplar idea de reducir de 2 a 1 carril la conexión entre circunvalación y la autovía general de León, ha supuesto colas kilométricas y eso sí, la suculenta recaudación que está llenando las arcas públicas gracias a las continuas multas que interponen. Pues esto continúa, la reducción de carriles se ampliará a Padre Isla, Independencia, Álvaro López Núñez... una remodelación que no va a contar con el apoyo de ningún leonés, puesto que la tecnología está diseñada para ayudar no para entorpecer a una pequeña ciudad que poco a poco va aumentando su población y la única medida a tomar, es la reducción de carriles, una absoluta contradicción que no va a contar con el dinero de mi billete ni de tantos otros leoneses que, cansados de atascos, obras sin terminar, se levantan ante el ayuntamiento que no ofrece solución.
Un consejo, es que antes de comenzar obras de remodelación, terminen obras sin acabar como la patética situación de Mariano Andrés y otras tantas en el anonimato. Ésta es la queja de León, el pueblo que está pagando todas estas obras con sus impuestos. No queremos un tranvía, no queremos más badenes, queremos que nuestro dinero se gaste con cabeza, no despilfarrando en políticas incorrectas, políticas-badén.
Emilia Fernández. Trobajo del Camino