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Sobre los monjes de Rabanal del Camino

Soy una persona que además de visitar con bastante frecuencia la provincia de León, tengo familia en la zona de Maragatería (Astorga y sus alrededores). Y como no me gustan las injusticias sociales y la forma de proceder de distintas personas provocando alarma social, amparándose en entes o instituciones públicas, expongo lo siguiente: Me han confirmado en el Diario de León que el día 21 de marzo hubo una manifestación en el pueblo de Rabanal del Camino convocada por una comisión vecinal que se hace llamar de asuntos relacionados con la parroquia y los bienes de la misma. Por lo tanto hay que decirle al representante de esa comisión (Agustín Rodríguez), y recordarle que el art. 16.3 de la Constitución Española, refiriéndose a los derechos fundamentales de los ciudadanos y de las libertades públicas. Afirma que ninguna confesión tendrá carácter estatal, por lo que los poderes públicos tienen que respetar las creencias religiosas de los ciudadanos manteniendo relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. Por lo tanto esa mal llamada comisión de asuntos eclesiásticos, vulnera todos los principios democráticos en cuanto a la libertad religiosa.

La Asociación de Amigos de Rabanal del Camino está formada por mayoría de personas que no viven en el municipio, por lo que no saben e ignoran lo que ocurre en la vida diaria. Ya que la única información que reciben es de los dirigentes de la asociación (portavoz: Agustín Rodríguez; vocal y secretario: Juan José Prieto), el alcalde y el teniente alcalde.

No me cabe la menor duda de que esta asociación está movida políticamente por estas personas con todo tipo de artimañas, que lo único que pretenden es confundir a las personas e inventarse mentiras de todo tipo. Además de carecer y desconocer los valores éticos y morales de las personas de bien, y, hacerse asimismo un examen de conciencia y ver si su actuación diaria en la vida, es la un ciudadano normal.

Porque, no cambian de actitudes y se dedican a hacer cosas en bien de los ciudadanos de la vida diaria del municipio, ... Que mal me sentiría yo por dentro si me recordasen lo que debería hacer y no hago. Los fieles que estamos dentro de la Iglesia Católica libremente, que colaboramos formando parte de ella, tenemos unos valores siempre en alza, y pedimos que nos respeten lo mismo que nosotros a ellos. Por lo tanto estas personas que difaman cosas en contra de la forma de proceder de los monjes benedictinos (vida de la parroquia), cuando ellos no saben lo que es la religión católica, ni dónde está la puerta de entrada de una iglesia, no merece la pena de que sean escuchados.

Y para terminar les diré a esas personas que forman parte de esa comisión, que hay miles de testimonios de personas que han pasado y siguen pasando diariamente por la parroquia de Rabanal, que hablan maravillas de los monjes, y que el día 21 de marzo estuvimos libremente como buenos cristianos celebrando la Eucaristía.

Antonio Rubio Guillamón. Madrid

Agradecimientos tras la muerte de una hija

En la vida vamos entrando a formar parte de una serie de colectivos. Indistintamente entramos en unos o en otros. A nosotros ahora nos ha tocado entrar en ese angustioso grupo de padres que, por desgracia, han perdido un hijo. Después de haber pasado por el grupo de padres que tienen un hijo con una de las muchas enfermedades genéticas a las que difícilmente se le puede poner nombre por lo raras y, en consecuencia, poco estudiadas que están. Que ponen toda su ilusión en luchar contra ella. A este grupo, aunque parezca raro, estamos muy orgullosos de pertenecer y queremos darles las gracias porque sólo con ver su fuerza y su dedicación nos alientan a seguir. Pero también, por suerte, hemos compartido mucho tiempo con otros grupos de personas que ponen cada día toda su parte más humana, además de profesional, en el cuidado de estos niños. Al equipo de Atención Temprana, María Ángeles, Camino, Fernando. A ese fisioterapeuta, Rubén, que empieza casi por casualidad a trabajar con ellos y ahora se dedica casi exclusivamente a ello. A esos pediatras, Luis Rodríguez y Marta Fernández, que se emocionan y sufren cuando ven que no pueden hacer nada más. A ese cirujano, doctor Carceller, que se aferra a la más mínima esperanza y que por un momento deja de lado toda su frialdad y se sienta con los padres antes de la operación para tranquilizarles y darles confianza. A todo el personal sanitario, enfermeras, auxiliares, etcétera, a quienes nunca les faltó una sonrisa y un gesto de apoyo. A todas aquellas personas que dedican su tiempo y su amor a los niños enfermos. ¡Muchas gracias!

Familia de Irene Meléndez Rubio. León

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