La opinión del lector
Cambio climático
Hace escasos días WWF/Adena convocó una acción a nivel mundial orientada a llamar la atención sobre el cambio climático, que culminó con un rotundo éxito. Miles de ciudades y personas, en todo el mundo, se sumaron a su propuesta de apagar las luces de edificios emblemáticos o en los propios hogares. El cambio climático es un término científico utilizado para indicar la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Nuestro planeta ha conocido numerosos cambios climáticos, debidos a causas muy diversas (variaciones solares, orbitales, magnéticas, oceánicas, meteoritos, de deriva continental, de composición de la atmósfera, etcétera). Estos cambios son la causa de que en donde hubo antaño frondosas selvas ahora sea un desierto. Según algunos estudios, los cambios podrían deberse a causas naturales, en cuyo caso suele hablarse de «variabilidad natural del clima», o depender de causas antropogénicas, producidas por el hombre (deforestación, quema excesiva de combustibles fósiles, etcétera).
Actualmente, el término de cambio climático suele usarse inapropiadamente para referirse a los cambios climáticos en el presente, utilizándolo como sinónimo de calentamiento global. Así, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático lo utiliza sólo para referirse al cambio por causas humanas, aunque sería más correcto hablar de un «cambio climático antropogénico».
El 11 de diciembre de 1997 se aprobó el Protocolo de Kioto, por el cual los países industrializados acordaban no aumentar sus niveles de contaminación más allá de un quince por ciento en comparación con el nivel de emisiones del año 1990, algo que no han conseguido.
En octubre de 2006, la publicación del Informe Stern sobre la economía del cambio climático alertó sobre las graves repercusiones que a nivel financiero mundial supondría una subida global de la temperatura. Además, supuso un hito histórico al ser el primer informe encargado por un gobierno a un economista y no un climatólogo. Entre sus principales conclusiones destaca la necesidad de invertir hasta el 1% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial para mitigar los efectos del cambio climático. De no hacerlo, el mundo se expondría a una recesión que podría alcanzar el 20% del PIB global.
Sin embargo, para lograrlo se requiere contar con la voluntad política de los gobiernos, algo que aún no se ha conseguido, como se evidenció con el fracaso de la Cumbre del Clima en Copenhague, el pasado diciembre. Algo que las importantes protestas en la capital danesa, o las gigantescas campañas cívicas organizadas a nivel mundial, no pudieron impedir. Se trataría de alcanzar un nivel de masa crítica en la ciudadanía que comprometiera a los gobiernos a aceptar nuevos tratados de obligado cumplimiento. El fracaso de la Cumbre evidencia que aún no se ha alcanzado el nivel de masa crítica necesario y por el que hemos de continuar luchando.
Enrique López Manzano. León
Garzón... ¿incompetente?
Durantes muchos años millones de españoles sufrieron los horrores de la dictadura pero que no se olvide que igualmente fueron castigados por un sistema corrupto. De aquellos lodos nos queda estos barros. Un sistema corrupto hijo de la «traición democrática» que permite la afloración de casos como el de la trama Gürtel y la persecución del juez Baltasar Garzón. Los españoles sentimos vergüenza de que los criminales no se hayan sentado en el banquillo y lo que es peor que sus herederos ideológicos sigan con las mismas actitudes que tuvieron sus maestros en la dictadura. Garzón ira al banquillo por no ser ¿competente? Pues bien según un informe del Comité de Derechos Humanos de la ONU 94 reunión, octubre del año 2008. El Estado español debería: Considerar la Ley de Amnistía de 1977. Tomar las medidas legislativas necesarias para garantizar el reconocimiento de la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad por los tribunales nacionales. Preveer la creación de una comisión de expertos independientes encargada de restablecer la verdad histórica sobre violaciones de los derechos humanos cometidas durante la Guerra Civil y la dictadura, y permitir que las familias identifiquen y exhumen los cuerpos de las víctimas y, en su caso, indemnizarlas. España es sin duda una democracia pero muy orgánica llena de detritus y que exige un juicio como el de Nuremberg salvo que queramos seguir teniendo una «democracia putrefacta» llena de corruptos.
José Narváez Benítez y Juan Manuel Canle Durán. en la edición digital