Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

En blanco | javier tomé

V oy a darles un par de noticias de gran calado social, más relevantes que la tabarra de la crisis y otras pandemias que afectan gravemente a este mundo globalizado. Para regocijo de las masas, Keith Richards ha declarado en una autobiografía de próxima publicación que sueña en secreto con ser bibliotecario. ¡Córcholis! Después de caerse de un cocotero, saturado según dicen de sustancias tóxicas, parece haber renunciado para siempre a los malos hábitos y emprender de una vez por todas la senda de la virtud. Y así, sumido en una suerte de trance místico, olvida lo bebido y lo vivido para arrojarse en los sapientes brazos de la literatura. Afirma incluso que tiene pensado recibir formación profesional encaminada a gestionar el aluvión de libros que tiene en casa, con la intención primera de saber al menos si se empieza a leer por la primera o por la última página. Aunque algunos opinan que se le ha ido la bellota, yo digo que bendito sea.

Otro que se ha fumado algo espeso es Evo Morales, presidente de Bolivia por más señas y, a título meramente biográfico, un cerebrín que cree gozar de atributos espirituales y hasta proféticos más propios de un adorador del fuego. La miel del poder le ha atascado definitivamente las cañerías, así que decidido a ponerse en plan metafísico suelta en público afirmaciones tan científicamente rigurosas como que los alimentos transgénicos son responsables de la homosexualidad y la calvicie en Europa, teoría que parece sustentada por Gaby, Fofó y Miliki. Según las tesis de este seguidor de Zoroastro, te comes una patata holandesa y pasas de ser Leopoldo a llamarte Marilyn, con todas las exigencias de tu nueva condición. Aunque nadie ha acusado al señor Evo de ser un Sócrates de la reflexión, dice mi amiga Begoña que en nombre del decoro público y la varonía del Viejo Continente deben quitarle el micrófono de una puñetera vez.