La Europa (perpleja) que educa

La aspillera | vicente pueyo

Mientras el Eurogrupo decide romper la hucha y da vía libre a una morterada incomprensible de millones para garantizar la estabilidad financiera de los m ercados (desestabilizada a conciencia por los gurús canallas que manejan esos mismos mercados), aquí vamos a hablar, desde hoy y hasta el domingo, de «La Europa que educa». O se a, de la Europa que animó el sueño de los europeístas más nobles convencidos de que sólo la consolidación de valores como la educación, la solidaridad, la justicia y el respeto, podrían garantizar un futuro sin trincheras. De momento, en el paisaje destaca otra Europa: la que está ensimismada en sus perplejidades económicas y en su incapacidad para alterar un sistema que da prioridad a la especulación y a la usura antes que al trabajo honrado y productivo. Ayer mismo, un Zapatero en horas bajas, tras sacar la guadaña económica, venía a reconocer que los gobiernos, el nuestro también desde luego, seguían con las manos atadas frente a la inestabilidad e irracionalidad de los mercados que se convierten en amos y señores de las decisiones. Pero no puede olvidarse que detrás de «los mercados», en la cima de la pirámide supuestamente irracional, hay individuos concretos -”forrados hasta lo indecible-” que toman decisiones que, para sus intereses, resultan muy racionales. (Y tampoco olvidemos, dicho sea de paso, que aquí hemos estado demasiado tiempo chuleándonos de nuevos ri cos y despilfarrando el erario público).

Bienvenidas sean, en todo caso, estas jornadas en las que tienen especial protagonismo los más jóvenes en tanto que son quienes deben recoger el testigo más vivo y dinámico de ese sueño europeo hoy tan endeble y sometido a tantos vaivenes. Incluida dentro del programa cultural de la presidencia española de la UE, la iniciativa que hoy se inaugura quiere subrayar la importancia de todo aquello que conforma ese concepto amplio de cultura, de educación en suma: la lectura, la música, el teatro, el cine, el dibujo, el arte, la ciencia, el deporte, la fotografía, la conciencia cívica, el respeto al otro, la tolerancia... El programa rendirá pleitesía el sábado a la efemérides del 1.100 aniversario del Reino de León en el salón de plenos del consistorio de San Marcelo: un remedo de sesión del Parlamento Europeo, presidida por el ministro de Educación, en el que estudiantes de Secundaria y de Bachillerato debatirán sobre el Proceso de Bolonia.

España ha cogido a contrapié esa audaz iniciativa cuyo antecedente es el famoso Programa Erasmus, con la que se pretende establecer un espacio compartido de Educación Superior que favorezca la movilidad entre los estudiantes y los profesores europeos y que, al homologar estudios y títulos, debería redundar también en unas mayores posibilidades de trabajo. La falta de reflejos de las administraciones políticas y educativas, -con el notable retraso de las reformas necesarias-, unida a la incapacidad para transmitir a la sociedad la importancia de este proceso, han generado rechazos e incertidumbres que aún laten. El sábado pueden despejarse algunas dudas y recelos. Pero lo principal es que los jóvenes no abdiquen del sueño europeo que se sustenta en las raíces más hondas de nuestra civilización.