El ajuste
La veleta | antonio casado
Puede que tarde, pero no mal. El decálogo del ajuste anunciado el miércoles por Zapatero en el Congreso viene inspirado, e incluso impuesto, por la Unión Europea, pero encaja en las necesidades de acelerar y anticipar el recorte del gasto público que ya estaba previsto en el programa de estabilidad aprobado por el Consejo de Ministros el pasado mes de enero (objetivo: bajar el déficit público hasta el 3 por ciento en 2013). En consecuencia, las diez medidas del ajuste duro anunciado por el presidente del Gobierno llegan tarde. Se lo recordó, con razón, el líder del PP, Mariano Rajoy, que lamentó no haber tenido éxito cuando, con anterioridad, era él quien proponía prácticamente lo mismo que ahora se hace. «Ahora lo acepta porque se le imponen otros pero en otras claves, que son las estrictamente nacionales». Un discurso similar al del portavoz de CiU, Durán i Lleida. O el de éste similar al de aquel. El caso es que tanto Rajoy como Durán insistieron en que, además de tardías e impuestas, las medidas del Gobierno no se han elaborado en clave española. Se referían a la necesidad de ponerlas en función de otras prioridades específicas de nuestro país, como la competitividad, el empleo o las reformas laboral y financiera. Durán y Rajoy también mencionaron los componentes psicológicos de la crisis económica en nuestro país. Y, muy concretamente, la falta de confianza en el Gobierno, según Rajoy. Pero según Durán, la falta de confianza de los españoles apunta a ambos: «La solución no pasa por sustituir a quien no inspira confianza por otros que tampoco la inspira». Fue el fogonazo político de la sesión de la mañana. No estaba hecho a humo de pajas puesto que aún está reciente el desalentador mensaje del último sondeo del CIU, en el que el aspirante, Rajoy, sale aún peor valorado que el titular, Zapatero. Sin embargo, las medidas anunciadas son duras pero creíbles. Los recortes en sueldos del funcionariado, pensiones, inversiones públicas, ayuda al desarrollo y gastos farmacéuticos son la parte del león del plan de ajuste anunciado por Zapatero en su breve pero intensa intervención inicial del miércoles por la mañana. En línea con lo que le habían venido pidiendo otras fuerzas políticas dentro de España y lo que en los últimos días se le reclamó fuera de España.
Sólo los grupos de representación parlamentaria más a la izquierda se quejaron de los sacrificios que se avecinan para las capas sociales que menos culpa tienen de nuestra mala situación económica. Los demás, consideran que las medidas van en la buena dirección, aunque hayan sido tardías e impuestas desde fuera. Algo es algo.