Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Crónica semanal manuel campo vidal

La crisis no perdona y lo limita todo sin piedad, el poder económico y el poder político. El presidente Zapatero ha hecho los recortes drásticos que le han pedido Bruselas y Obama, sin escapatoria posible. La autonomía del presidente español, con los mercados cercando nuestra economía y cuestionando la solvencia de la deuda, va a menos. «No podía hacer otra cosa más que aceptar sin discusión lo que se le ordenaba desde la dirección económica mundial que personalizan Obama y la Unión Europea», señala el profesor Manuel Castells.

Se puede argumentar que sucedería igual si gobernara Mariano Rajoy, sin duda, pero ni eso conmueve a los populares que se niegan a dar su apoyo a las propuestas presentadas en el Congreso. Claro que si lo hubieran discutido antes, quién sabe si la negativa de Rajoy hubiera podido reconsiderarse aunque los dirigentes del PSOE creen que en ningún caso se podría contar con ellos. «Nuestra única alianza posible está en Convergencia i Unió y en el PNV, aunque se abstengan», se asegura en el entorno del portavoz socialista José Antonio Alonso. Un diputado socialista, dolido con lo que sucede, admite: «Durán Lleida, hoy por hoy, es lo más parecido a un hombre de Estado. Con eso está dicho casi todo».

«Siento envidia de Portugal donde el gobierno socialista, seguramente con la ayuda del presidente de la República que es conservador, ha podido consensuar las duras medidas de ajuste que le pedía Bruselas», sostiene Marina Geli, destacada consellera del gobierno de José Montilla. En esas circunstancias, la intervención por el Banco de España de Cajasur, vinculada a la Iglesia Católica, es una mala noticia que llega en el peor momento». ¿Qué habrán estado haciendo en estos meses de negociación Unicaja y Cajasur para romper en el peor momento y obligar a la intervención?», se preguntan en el sector. En el Gobierno andaluz el enfado es manifiesto. En una nota pública se pide calma y confianza a los clientes pero privadamente se critica la supuesta prepotencia de los rectores de ambas entidades. «Ni siquiera han esperado a que terminara el semestre de presidencia europea, complicándole la vida a Zapatero», sostienen en Sevilla. El crédito del presidente de Unicaja, Braulio Medel, mengua: es el segundo intento de fusión, aunque sea en realidad una absorción, en el que fracasa, primero con Caja Castilla La Mancha y ahora con Cajasur. Opereta gallega al margen, sólo las operaciones de fusión catalanas y la absorción de Caja Guadalajara por Cajasol, han salido adelante. El resto de las entidades implicadas en procesos de fusión, deben tomar buena nota del aviso del Banco de España al intervenir Cajasur. Quien tenga serios problemas, o los resuelve por su cuenta y rápido, o se los administran. Fernández Ordóñez avisa a los dubitativos navegantes financieros y a los políticos autonómicos que no quieren perder su caja de ahorro.

Para José Luis Rodríguez Zapatero, la intervención de la entidad financiera, es una nueva contrariedad porque daña la imagen internacional de España y porque justo ahora, la izquierda de su partido, que teme que el PSOE se quede sin discurso después de los recortes a los funcionarios, reclama tijeretazo a la aportación estatal a la Iglesia. Y la Iglesia, que gestionando fondos ajenos nunca ha sido competente, ya se lleva con esta intervención un buen traspiés.

Pero el poder de Zapatero no solo se limita en la dirección económica del país porque debe atender los requerimientos externos sin espacio para discutirlos. La crisis también le pasa factura interna. Hace sólo un año tenía margen de maniobra para nombrar sucesor, o sucesora, aunque el diputado Torres Mora, muy cercano al presidente, siempre ha defendido que «José Luis no recurrirá al dedazo de Aznar sino que pasaría la solución por un congreso». En estas circunstancias, aunque el presidente ha recibido el apoyo o al menos la comprensión de sus barones en el tijeretazo, cuenta con menos crédito interno y su capacidad de maniobra se ha visto reducida sensiblemente. Son otros tiempos.

tracking