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León

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Historias del reino margarita torres

Que sí, que sí, que no, que no, que ahora pacto, que ahora no. Que sí, que sí, que no, que no, no te me enfades, que tiemblo tó. No sé si es folklore leonés, o canción de tan usada ya manida, pero lo cierto es que la melodía de la Parrala, que cantaban nuestros abuelos allá por la guerra, se asemeja a la banda sonora de la película del vice de León. Ese chico de frente despejada, quinto de quien suscribe estas líneas, lo que es la generación del baby boom, oye.

Mozo bien particular, cual el patio de su casa, que es León. Si escucha que le arropas con nanas, te adora, si oye crítica, se enfurruña y no te dirige la palabra más. Vamos, que alma de político mucha, lo que se dice mucha, como que no tiene. El político pacta, regatea de cintura, somete a debate interno las cosas, no coquetea con todos los de la fiesta a los ojos de la novia, tampoco hace pucheritos enseñando una hoja, o se niega a valorar una encuesta mientras sus socios de gobierno en la provincia, en unos sitios el PSOE, en otros el PP, analizan los resultados. Tú no, porque «estabas ofendido».

Y es que las últimas encuestas de Sigma 2 ofrecen una estimación de voto que no deja bien parada a la UPL que lideras, y mira que es fácil encontrar votos para esta formación en cada leonesa o leonés. Los hay de derechas, de izquierdas, centrocampistas, pero leoneses que no amen su tierra, pocos, fíjate que campo para cosechar. Sin embargo, habida cuenta de los resultados que últimamente se publican, pareciera que el timón del barco lo maneja Calamardo el huraño, compañero de Bob esponja. Tipo gris, siempre de morros, defensor de lo suyo, que no suele coincidir con lo del resto, agrio de carácter, so capa de humildad fingida, tocador de clarinete desafinado. En fin, todo un amor de calamar, que pone en solfa los proyectos que antes alababa, que amaga y no golpea, que, en estos tiempos de crisis, chilla para que de su barca no se salga un pez. Me refiero, claro, a la serie infantil, no piensen mal. En el ejemplo leonés, por el camino del vice se pierde un procurador en cortes pucelanas, de los dos que tenía por votos, y ronda el representante municipal de tres actuales, uy qué yuyu.

Feo, pero muy feo, queda eso de calificar a tu compañero de gobierno de estresado, nervioso, desproporcionado. Más feo aún afirmar que el jefe del aliado «está hundiendo el país», o acusar al socio municipal de que hace «uso torticero» de tus palabras. Si no estás a gusto, te marchas, pero a cobrar a pelo el sueldo de concejal que cobran los del PP, y no se quejan, o el que ahora lleva en el bolsillo Pardo, cuya foto a tu vera, verita vera, necesitaste, aunque sonriera de medio lado.

Y si no te gusta leer lo que muchos leoneses y leonesas pensamos de tanto sí pero no, cito tus propias palabras: «en ningún sitio pone que no pueda decir libremente lo que pienso». Pues eso, tú sigue deshojando la margarita, que sé que te gusta mucho, o sepiolízate en el esfuerzo, pero no nos vuelvas más locos con la parrala. Si eres leal, demuéstralo hasta el final de la legislatura. De lo contrario muchos pensarán que, como cantante de la parrala, no tienes precio. Ni Manolo Caracol en sus mejores tiempos.