La trampa
La veleta | julia navarro
Si los gobernantes no cumplen las leyes ¿por qué debemos cumplirlas el resto de los ciudadanos? Es la pregunta que habrá que hacerse si efectivamente el gobierno Zapatero decide saltarse el fallo del Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, y buscar otras vías para que dicho Estatuto no sufra las mermas falladas por el Alto Tribunal. Hacer eso es hacer trampa, y aún algo peor, es saltarse el Estado de Derecho. Si los políticos no acatan las sentencias por no estar de acuerdo con ellas o no convienen a sus intereses electorales y partidistas entonces están poniendo en solfa al Estado de Derecho. En mi opinión es gravísimo que el gobierno Zapatero quiera «consolar» al tripartito catalán dándole por detrás lo que el Constitucional ha restado por delante. Con las sentencias de los tribunales se puede estar en desacuerdo, se pueden hacer críticas, pero hay que acatarlas. De manera que insisto en que me parece gravísimo lo que el gobierno parece que va a hacer, e igualmente me parece gravísimo que haya políticos de partidos nacionalistas catalanes, como Esquerra, que directamente dicen que no aceptan el fallo del Constitucional. Me parece que estamos asistiendo a un espectáculo de irresponsabilidad política que no nos merecemos los ciudadanos. Una irresponsabilidad que puede ser el perpetrar una trampa si es que efectivamente el gobierno decide saltarse el fallo del Constitucional.
Me pregunto que pasaría si los ciudadanos decidiéramos eso, que como no nos gustan determinadas leyes que nos la cambien de inmediato o simplemente no las cumplimos, y si un dirigente político puede decir con el mayor descaro que no piensa aceptar un fallo del Constitucional, díganme por qué un ciudadano de a pie tiene que aceptar el fallo de un juzgado de primera instancia, pongo por caso. Esta situación diabólica en que nos encontramos es fruto de la frivolidad con que el presidente decidió abrir el melón estatutario diciendo alegremente que aceptaría cualquier cosa que decidiera el parlamento catalán. Hay ocasiones, esa fue una de esas ocasiones, en que los políticos en vez de arreglar los problemas lo que hacen es crearlos.
El gobierno no puede seguir diciendo que va a «arreglar» el fallo del Constitucional por más que eso suponga que el Partido Socialista de Cataluña pierda las elecciones en esa Comunidad, y aunque el PSOE se quede sin apoyos parlamentarios y se vea obligado a adelantar las elecciones generales. El poder no lo justifica todo, y aquellos que son capaces de cualquier cosa por mantenerse en el poder a cualquier precio sencillamente es que no creen en nada.