La opinión del lector
Retalazos
Después de la pésima actuación del inútil, para mí, Rodríguez, en el Congreso, voy a detallar algunos puntos tipo telegrama: a la subida de impuestos la ha denominado consolidación fiscal para cogernos de improviso. Jubilación a los 67 años, escudándose en otros países, pero no hace lo imposible por asemejarse a esos países en el paro y salarios, y lo disfraza como una mejora social. Va derecho a estrellarse con el coche eléctrico. ¿Le dejarán las potencias petroleras que siga con este juguete? Con el estatuto de Cataluña, se ha bajado, una vez más, los calzones. Se le ve el plumero cómo adula a Durán i Lleida, para obtener su apoyo para las próximas elecciones, ya que si le importa un pepino la situación de España, le importa dos rábanos una parte de ella, y a Montilla le concederá todo lo que quiera para que no se le desmadre y se le vaya de su lado. No le importa que el president le haya vituperado, Rodríguez ha tragado. El Gobierno está agotado...de no hacer nada positivo para paliar los males que nos aquejan. No ha presentado medidas de mejora. Ha dado una imagen patética porque no sabe qué hacer. Es consciente ¡faltaría más! de que le marcan el camino desde Europa, y eso le tiene acobardado. No ha dicho nada para abortar el paro ¿qué hará? Zapatero sabe que Durán i Lleida no le dirá un no a los presupuestos, pese a que se lo notificó ya hace unos días. Éste sólo busca dinero para su región, y sabe que teniendo a Zapatero con el palito levantado, obtendrá lo que quiere.
J. Mª Babot. Madrid
Vandalismo juvenil
Vivo en un pueblo en el que cometer actos vandálicos contra la fachada de mi casa no está penado por la ley debido al anonimato de sus culpables. He visto a la Guardia Civil tres veces en menos de 24 horas y es más de lo que puede aguantar mi cuerpo. Puede que sea remontarse demasiado, pero todo empezó allá en los años de colegio/instituto. Primero insultos, después se llegó a las manos. Y entre medias lanzaban cosas contra la fachada de mi casa, alguna piedra, una ventana rota por completo. Y hemos llegado a esto: un petardo bajo una persiana y un cono de señalización de carretera llenos de piedras contra la puerta. Por no mencionar una larga lista entre la que se esconden cosas de lo más desagradables que, os aseguro, no queréis saber. ¿En qué momento hemos pasado de una cosa a la otra? Han pasado años, yo he cambiado, me he ido a vivir fuera, pero aquí dentro las cosas siguen exactamente igual. Si los años han pasado por mí haciéndome cambiar de forma lenta pero drástica, muchos de mis coetáneos permanecen en una eterna adolescencia. Ya no sé a qué atribuirlo. ¿La vida rural? ¿Una mala educación en casa? ¿Una inmadurez que desembocará irremediablemente en el síndrome de Peter Pan? Y lo peor es que no sólo son los de antaño, sino que se les suma una nueva generación de pequeños monstruitos que siguen el ejemplo de sus mayores. He crecido en un ambiente rural, asistiendo a clases de no más de 15 alumnos, en algunas hemos sido incluso 6. Pero no se trata de eso, no son actitudes anticuadas, o comportamientos de quien le falte mundo sin ofender a nadie. Es mala leche, es rencor, es una educación mal impartida que ya no tiene vuelta atrás. Toda España ha sido testigo de vídeos que corrían por Youtube mostrando agresiones a profesores ya no voy a volver a entrar en el tema de los propios compañeros de aula. Se ha perdido por completo el respeto a los adultos, a los mayores. Esta misma tarde he tenido la desgracia de comprobar eso. Es mucho más fácil argumentar algo con un brazo en alza, amenazante, que mediante la palabra y el diálogo. Se ha perdido el norte, al menos por aquí arriba, por vaga que sea la redundancia. Cada día que pasa agradezco más el librarme de todo durante la mayor parte del año. Pero en verano me toca volver a ello, a la impotencia ante una chulería que me rebasa, me puede.
No me gusta entrar en generalizaciones, mas sólo de pensar que el futuro del país está en manos así.
Maje. Ciñera de Gordón