Cercanías

El rincón | manuel alcántara

A todos nos importa más el atropel lo de un niño en nuestro barrio, donde todas las calles hacen esquina, que las matanzas de integristas, ya sean en Malí o en cualquier otro sitio donde la gente acostumbre a no llevarse bien. El Tribunal de La Haya avala la independencia de Kosovo, pero las cajas de ahorro españolas han suspendido en las pruebas de resistencia. Necesitan captar más capital, pero este no se deja que lo secuestren así como así y el desplome de los precios se nos puede venir encima. Queremos creer que es verdad eso de que «estamos mejor de lo que parece», como afirma nuestro eufórico oficial. No es difícil, ya que lo que nos parece es muy parecido a la catástrofe, pero cuando las cosas van mal llega un momento en el que no pueden empeorar. Quizá la amenaza más cercana que se cierne sobre nuestras cabezas y sobre nuestros pies sea la asfixia financiera sobre RTVE. ¿Qué hubiera sido de nosotros en el caso de no tener entrada libre en el sofá para ver el Mundial de Fútbol? Ya sabemos que la tele nos mete en casa a personas que siempre tratamos de evitar en la calle, pero no hay que ser injustos. También nos introduce a criaturas agradables, aunque discutidoras, de esas que suelen denominarse de -˜dudosa reputación-™, que son precisamente las que gozan de una reputación, perdón por el equívoco, del que nadie puede tener la menor duda. El deporte nos ha salvado, pero ya va quedando casi lejos y el fútbol, que es el rey, no permite abdicaciones. El Tourmalet se ha convertido en unos Juegos Florales, el boxeo languidece porque ya casi nadie quiere quitarse el hambre a bofetadas y falta mucho para que empiece la Liga. Todo lo que era cer cano está distante.