Suerte en los exámenes
El rincón | manuel alcántara
La diosa Fortuna ha vuelto a repartir muy desigualmente sus dones. El curso de los acontecimientos financieros exigía adelantar el curso normal y convocar exámenes cuanto antes para saber cómo andamos de solvencia. (A nosotros no nos han preguntado nada, ya que saben de antemano que más de la mitad de los españoles de solvencia andan peor que de rodillas). Resulta que la banca ha quedado bastante bien y dos o tres entidades incluso han sacado hasta nota. En cambio, el tribunal se ha visto obligado a suspender a muchas cajas de ahorro, que contradiciendo su nombre están vacías y no han ahorrado ni un puñetero euro. Llevaba razón León Bloy, al que acusaron de fascista y lo que es peor y más duradero, de judío, cuando dijo que saber la opinión que tiene Dios del dinero basta con observar a la gente a quien se lo da. Lo curioso es que a las cajas despilfarradoras se lo han dado los pobres. ¿Qué han hecho para necesitar ahora 2.000 millones si es que no están dispuestas a bien morir y deciden sanearse? Ya nos explicarán por qué no han podido superar el test de estrés y además de perder el dinero han perdido los nervios. El Gobierno confía ciegamente, ya que si abre los ojos deja de confiar, en que los mercados premien las buenas notas. Hemos tenido suerte en los exámenes, pero la ministra Salgado, vicepresidenta segunda, por añadidura, dice que este relativo éxito no debe servir para aparcar los cambios en el sistema. La reforma del sector, que era necesaria desde hace una buena temporada, es ya imprescindible. De momento, los que vamos a tener que reformar nuestras costumbres somos la mayoría de los españoles. Se nos han acabado nuestras alegrías y eso siempre se soporta a duras penas.