Pruebas de estrés
Panorama | charo zarzalejos
Los profesionales de la salud afirman que no es fuerte el organismo que nunca ha padecido una enfermedad. La fortaleza del organismo reside en su capacidad para soportar y salir de la enfermedad. Buena prueba de ello son las pruebas de corazón que te lo ponen a mil, al borde del desmayo, y así, en ese esfuerzo, es donde se calibra su fortaleza. Con nuestros bancos y cajas se ha hecho algo similar y, afortunadamente para todos, han salido bien parados. Es verdad que si esto es así bien podrían ayudar un poco más a los ciudadanos, concediendo créditos sin someter a su solicitante a unas pruebas de estrés fuera de lo común. Podemos criticar su cicatería, sus temores, que en ocasiones van más allá de lo razonable; pero imagínense lo que hubiera ocurrido si de la prueba de estrés en cuestión hubieran salido desfallecidos. A estas horas nuestro país ocuparía las primeras páginas de la prensa internacional y no para bien. Siendo como es una buena noticia, tampoco se deben poner estupendos, porque para estrés el que ha venido sufriendo el país a lo largo de todo este curso político, en el que hemos vivido peligrosamente. Para estrés llevado con dignidad el de esos más de cuatro millones de parados, el de los que no saben que va a pasar con su vida de aquí a fin de año.
Para estrés el de Montilla, que a estas alturas parece no saber que quiere ser de mayor, si socialista del cinturón de Barcelona, o socialista-nacionalista que una y otra vez pide «gestos» al presidente del Gobierno, dejando chiquito a Artur Mas, que ya ha dicho que ni se fía de Montilla ni se fía de Zapatero. Del primero, porque políticamente está amortizado. Montilla ha acabado con Montilla y si el presidente Zapatero se empeña en mostrarse tan dispuesto a ser el pañ o de lágrimas de los insatisfechos catalanes, también él, Zapatero, puede meterse en la dinámica del estrés sin la certeza de salir bien parado. No es cuestión de recopilar motivos de estrés del que los ciudadanos se desfogaron por unas horas con el triunfo de la selección en el Mundial y ahora nuestros bancos y cajas con el famoso «test». Aunque es mejor no fiarse demasiado, ahora vienen unos días de descanso y de cierto relajo. Habrá que apurar hasta el último minuto y habrá que hacerlo porque este curso en el que hemos vivido peligrosamente no ha sido una pesadilla, ni una ensoñación. Ha sido y es verdad y a la vuelta de vacaciones ni una sola de las circunstancias que nos han llenado de vértigo habrán desaparecido, salvo claro está, la buena salud de nuestros bancos y cajas. Como cada día tiene su afán, ahora lo más inmediato es la más que previsible batalla interna en el Partido Socialista de Madrid. Le han dicho a Tomás Gómez que no es el candidato favorito para batirse con Esperanza Aguirre y Gómez, no sin razón, ha dicho que verdes las han segado y que si el PSOE propone a otro se irá a primarias. Atentos a este capítulo que, pese al calor, que nos achicharra, promete. Ya lo verán.