Educación

La cuarta parte de los jóvenes desempleados ni estudian ni trabajan. Hay sin embargo otro dato revelador y, en cierto sentido, estimulante: el 94% de los jóvenes desempleados no ha pasado de la ESO. O, lo que es lo mismo, sólo el 6% de jóvenes que han ido más allá de la enseñanza obligatoria está en paro. La conclusión es obvia: el sistema educativo es la herramienta esencial para sacar de la postración a nuestra juventud. No es sostenible un modelo que genere más del 30% de fracaso escolar, ni puede mantenerse un país en la atonía educativa en que nos encontramos. O aplicamos más recursos a un amplio consenso de reforma e impulso del sistema educativo, o este país, que ha perdido el motor de la burbuja inmobiliaria, no podrá recuperarse a corto plazo de una crisis que es en nuestro caso, sobre todo, estructural.