El precio justo

El rincón | manuel alcántara

E El safari de cooperantes le está siendo muy rentable a Al Qaeda. No ha bastado canjearles por el jefe del grupo que los capturó, sino que ha sido necesario pagar la diferencia. ¿Cuánto valen unas personas decentes y valientes si se las compara con el jefe de una banda experto en pillajes y secuestros a domicilio? Es de suponer que según mercado, pero se barajan cifras desiguales, ya que los secretos de Estado varían en la misma medida en que se prolonga el secreto. Para no confundir el valor con el precio, se barajan cantidades. ¿Unos cuatro millones de euros? Cualquiera sabe. En este tipo de tratos también son precisos los intermediarios y hay su tira y afloja hasta que se impone la ley de la oferta y la demanda, que es, después de la ley de la gravedad, la que más obedecemos todos. Digamos que la gozosa liberación de los cooperantes ha sido por dinero.

-”¿Cómo podre mostrarle a usted mi gratitud?, se cuenta que le preguntaron a un célebre hombre de negocios.

-”Desde que los fenicios inventaron la moneda no tiene la menor dificultad, respondió el interregodo.

Bien está lo que bien acaba. Albert Vilalta y Roque Pascual están libres, pero hay que procurar que no tengan seguidores, quiero decir que el éxito de la negociación no sirva de estímulo a Al Qaeda para seguir secuestrando. Se dice que los captores soltaron a Alicia Gámez hace unos cinco meses sin exigir contraprestaciones, lo que demuestra que son hábiles negociadores. No se impacientan nunca, tienen siempre un plus de paciencia. El comercio consiste en llevar algo desde donde abunda al sitio donde escasea. Ellos quieren armas y dinero para comprar y si no les vendemos armas necesitan más dinero. Los gobiernos de la UE, exceptuando el británico, han aceptado las reglas del trato. No podemos reprocharle nada al nuestro.